Mando único y el juego de Juan pirulero

Este martes, las dirigencias del PAN y el PRD –así como sus representantes en el Congreso–, advirtieron que no apoyarían la propuesta de Mando Único del gobierno federal.

Al respecto, es importante hacer dos precisiones.

La primera: que los gobernadores están dispuestos a negociar.

En entrevista para La Otra Opinión, el presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores –Eruviel Ávila–, explicó que es más sencillo fortalecer 32 policías estatales, en vez de las más de mil 800 policías municipales.

Pero también advirtió que los mandatarios estatales considerarían la opción de instaurar un Mando Único diferenciado. O si lo prefiere, una estrategia en donde el gobierno estatal sería responsable de la seguridad de la mayoría de los municipios; no obstante, algunas presidencias municipales tendrían la oportunidad de acreditar sus policías, de certificarlas ante instancias nacionales o internacionales y –en caso de cumplir con los estándares previamente definidos–, seguirían trabajando como cuerpos policíacos municipales.

En palabras de Eruviel Ávila, el proyecto de Mando Único no pretende descomponer lo que ha funcionado óptimamente. No obstante, lo que la CONAGO defiende es la urgencia de transformar el esquema policíaco vigente pues, para el también gobernador del estado de México, la estrategia actual es insostenible. En otras palabras, debe modificarse a la brevedad.

La segunda precisión sobre el tema es que, en el fondo, quienes se oponen al Mando Único se aferran al dinero.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Mario Arroyo –experto en temas de seguridad–, explicó que la discusión del Mando Único data de hace más de 15 años. Es decir, que desde los tiempos de Vicente Fox y Felipe Calderón se intenta fortalecer una policía nacional y sólo 32 comandos estatales. No obstante, igual que ahora hacen el PAN y el PRD, los gobiernos priistas se opusieron al proyecto de los presidentes del PAN.

Pero hay más. Para 2016, el presupuesto de Egresos considera 10 mil millones de dólares para cuestiones de seguridad. Es decir, se estima invertir unos 211 mil millones de pesos en este rubro.

Según Arroyo, de esta cantidad, 15 mil millones se destinarían a los estados y municipios. En consecuencia, mientras los gobernadores insisten en apoyar el Mando Único –pues ellos serían los responsables de gestionar estas cantidades abrumadoras de dinero–, los alcaldes se resisten a perder el control de estos recursos.

Y es que, en el quehacer cotidiano, los alcaldes tienen la posibilidad de desviar estos recursos. Según Mario Arroyo, existen secretarias, parientes y asesores de alcaldes registrados como policías que, cada quincena, permiten la sangría de millones de pesos del dinero público.

Acaso por eso, existen municipios como León –en Guanajuato–, Guadalajara y Zapopan –en Jalisco–, y Tijuana –en Baja California–, que tienen más elementos en las policías municipales que los que están inscritos en los comandos estatales.

A nivel local, concluyó el Doctor Arroyo, los alcaldes buscan seguir administrando y erogando los miles de millones de pesos que corresponden a los programas de seguridad. Y en esa misma lógica, los gobernadores empujan un proyecto que les permitiría gestionar esta montaña de dinero.

Por eso, como en el juego de Juan Pirulero; en el Mando Único cada quien atiende su juego.