Lula, el camino de Marcelo

Aquí hemos exhibido el tramposo movimiento de la señora Dilma Rousseff –presidenta de Brasil–, quien incorporó a su padre político –y antecesor–, Luiz Inacio Lula da Silva a su gabinete presidencial.

Desde hace horas, Lula es el nuevo Ministro de la Presidencia en Brasil.

Y coincidentemente, el movimiento llega en medio de una feroz ofensiva contra el expresidente carioca, a quien acusan de ser el principal beneficiario de una compleja red de corrupción en Petrobras, la principal fuente de ingresos en Brasil.

Lo llamativo, sin embargo, es que la ruta política de Lula cada vez se parece más a la del mexicano Marcelo Ebrard, ¿por qué?

Porque igual que Lula buscó el cobijo de Dilma en el gabinete presidencial, Marcelo trató de guarecerse en el fuero legislativo, cuando se desbordaron las investigaciones por la fraudulenta Línea 12 del Metro.

Y porque ahora que Dilma rescata a Lula y lo lleva del desamparo al Ministerio de la Presidencia; cabe recordar que otro político empoderado rescató a Marcelo en tiempos de desgracia.

Seguramente tiene presente que en 2004, luego del linchamiento de policías en San Juan Ixtayopan –en la delegación Tláhuac–, Marcelo perdió todo y tuvo que salir de la secretaría de Seguridad Pública. No obstante, la mano amiga de Andrés Manuel López Obrador cobijó a Ebrard y lo llevó de la SSPDF a la secretaría de Desarrollo Social del ahora extinto Distrito Federal.

Es así que Dilma –igual que Andrés–, protege a Lula –como López hizo con Marcelo–, y hoy Russeff utiliza el poder público para cubrir con un manto de impunidad a un político tramposo.

No hay duda, en todo el continente –y seguramente en todo el mundo–, abundan los políticos tranzas.