El principal argumento de un candidato independiente es que él –o ella–, no comete las pillerías de los políticos.
Sin embargo, de cara a las elecciones del 5 de junio –donde también se votará por los responsables de redactar la Constitución de la Ciudad de México–; los aspirantes independientes demostraron que echan mano de las mismas trampas, las mismas mentiras, las mismas traiciones y las mismas artimañas que suelen distinguie a la clase política.
De acuerdo con el Diario 24 Horas, en su intento por lograr el registro, los dizque independientes presentaron firmas de personas muertas, encarceladas o que no existen en el padrón electoral.
Es así que, en total, el INE rechazó 857 mil 148 firmas por diversas irregularidades.
De las 3.3 millones de firmas que evaluadas…
282 mil 926 repetían el apoyo sobre cada aspirante…
3 mil 099 cédulas no tenían firma…
63 mil 556 no contuvieron clave de elector…
981 fueron copias sobre la misma cédula…
3 mil 390 cédulas estaban incompletas…
5 mil 942 fueron cédulas duplicadas…
23 mil 607 pertenecían a personas fallecidas…
69 mil 77 eran de ciudadanos en suspensión de sus derechos políticos electorales…
14 mil 977 fueron trámites cancelados…
84 tenían domicilios irregulares…
282 tenían datos personales irregulares…
100 mil 527 correspondían a entidades distintas a la Ciudad de México…
27 mil 531 eran credenciales sin vigencia…
Y 677 mil 581 no aparecieron en la lista nominal.
En esta lógica, de los 74 registrados, sólo 38 lograron reunir las firmas y ocho completaron el proceso…
¿Esos son los independientes?
Por cierto, en La Otra Opinión dimos a conocer que de 38 aspirantes “independientes” que pretendían ocupar un lugar en la Asamblea Constituyente, únicamente ocho lo lograron pero resultaron ser unas joyitas.
Asimismo, publicamos que algo raro pasa con los afiliados al PRI, pues en los últimos años se incrementaron. Algo así como lo que quisieron hacer los independientes a la Constituyente.
