Los independientes

Garganta Profunda odia la presunción. Sin embargo, quienes lo conocen aseguran que es un ente de mundo. Leído. Viajado. Cultivado en las artes más finas. Pero, sobre todo, es un coleccionista de ideas. Acaso por eso, el autor de este espacio se engolosinó con el artículo de Christopher Domínguez Michael en El Universal. Y es que el destacado crítico literario e historiador —como reza su biografía—, se sumó a quienes exhiben el fraude de las candidaturas independientes. Domínguez Michael dice que los independientes de hoy son los que hace una década exigían la ciudadanización de la política. Pero recuerda que despolitizando a un candidato no se democratiza una sociedad. El articulista trajo a cuenta a los muchos “ciudadanos sin partido” que luego de la elección del 2000, se acomodaron en el partido que ofreció espacios. Y se extraña, por ejemplo, con los perredistas que antes  reclutaron militantes de cualquier ideología y que ahora llaman a un “independiente” para que los meta en cintura. Domínguez Michael advierte que las naciones homologadas —quizá en contra de los partidos y de los políticos—, son el sueño dorado de los autoritarismos. Y concluye diciendo que en 2018, es probable que veamos a dos “independientes” en contienda: uno financiado por el INE —Obrador— y otro “súbitamente iluminado” que dice venir de fuera del sistema. Pero, en los hechos, ambos son priistas despechados.

Los corcholatazos de Salinas

Cierto, a Garganta Profunda le gusta la buena vida. Pero eso nunca le ha alejado del arrabal y los tugurios. En una de esas juergas, Garganta Profunda conoció a la hoy respetable y honorable Cocrcholata: la también conocida como diputada federal Carmen Salinas. Sobra decir que por más que intenta, el autor de estas líneas no encuentra por dónde agarrar el respeto a este patiño del cine de ficheras. Por eso no fue sorpresa que, en alguna de sus farras, el oído de Garganta retuviera el neologismo de moda y de novedad: el corcholatazo. Y es que así como Bush tuvo sus bushismos y Fox los foxismos; la corcholata ya tiene el corcholatazo. ¿Quiere una probada? le van dos: hace horas, la honorable corcholata dijo sobre sus colegas diputados: “De pronto salen unos actores a decir ‘fulano tiene la culpa’. Yo nomás estoy analizando todo lo que dicen y lo que hablan, y digo: ‘¿En qué obra vi esto?’ En Aventurera”. Y anteriormente, cuando la acusaron de reposar la vista en su honorable curul, la diputada Salinas refutó: ”Si hubiera habido coyote, me vale gorro, lo digo y lo requetedigo, porque ustedes son mis amigos y saben que les hablo siempre con la verdad […] Me habían puesto unas pestañotas, aunque yo tengo las mías, no como las tenía antes cuando era un cuerillo de viejilla […] Estoy pensando en llevarme una hamaca o un petate para hacer tenderete y echarme ahí. A mí me vale madre lo que digan”. Como éstas, hay muchas… pero hoy, hasta aquí lo dejamos.

Quien a AMLO se arrima…

Dicen que quien a buen árbol se arrima… seguro llega a diputado. La máxima está escrita en letras doradas sobre los cimientos de Morena, la franquicia del señor López Obrador. Y es que Garganta Profunda recuerda a un hombre que calentaba el asiento en alguna oficina del Instituto Nacional de Migración de Quintana Roo. Este hombre se acercó a López y se convirtió en su chofer, en su asistente, en su coordinador de logística y ahora es  el Director de Recolección y Tratamiento de residuos sólidos de la delegación Cuauhtémoc.  Hay otro hombre que entrenaba a sus “amigos” en el equipo de beisbol del Tabasqueño. Hoy, ese hombre es diputado. Otro hombre cayó en desgracia luego que su mentor perdió la candidatura presidencial. Obrador rescató a este hombre de las cenizas y lo hizo depositario de toda su confianza. Ese hombre pudo ser presidente pero se hizo a un lado. Hoy vive escondido en algún rincón de París. Y qué decir de la mujer que cuidaba los hijo de Obrador. La misma que, desde la prensa militante, ayudó a construir la imagen de López. Hasta hace poco era secretaria de Desarrollo Social en el Distrito Federal y ahora, regañada, la enviaron a la secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las comunidades indígenas.

Rogelio Ortega compra futuro

Los gobernadores de Guerrero —el saliente y el electo—, parecen vivir en dos mundos distintos. El primero, el que ya se va, se llama Rogelio Ortega. Apenas ayer dijo que estaba en contra de que se descuente a los maestros faltistas. El segundo, el que viene, lleva por nombre Héctor Astudillo. Y hace horas, ocupó espacios privilegiados en los portales web. ¿La razón? Astudillo y el eficientísimo secretario de Educación, Aurelio Nuño, acordaron una estrategia para implementar la reforma educativa en el estado. Probablemente se pregunte, ¿qué tiene a los gobernadores de Guerrero en posiciones tan distantes y tan distintas..? Garganta Profunda duda que el contraste se deba a que uno es perredista y el otro priista. En realidad, todo indica que el que va de salida trata de comprar futuro. Es decir, que consciente del tamaño de la mafia magisterial, Rogelio Ortega se asegura de no salir en medio de gritos y sombrerazos. ¡De ese tamaño es el miedo de los que intentan gobernar Guerrero..!