¿Los diputados contaminan más que los microbuses?

El buen juez por su casa empieza… o eso reza un dicho popular.

Sin embargo, en la Cámara de Diputados la máxima parece no ser relevante.

De acuerdo con un reporte de la UNAM, el recinto legislativo fue clasificado como uno de los organismos que más contaminan y que más desperdician recursos.

De acuerdo con información de El Financiero, en la institución se mueven 10 mil 678 personas todos los días. En conjunto, estos individuos generan cerca de tres toneladas de basura al día, es decir 300 g por persona, aproximadamente.

Además, según la UNAM, se consumen cerca de un millón 22 mil 789 kWh de electricidad y 420 mil metros cúbicos de agua en un mes. Y para rematar, en San Lázaro se gastan tres millones 84 mil pesos en artículos de papelería cada mes.

En el estudio de la máxima casa de estudios se incluye una serie de recomendaciones a los diputados entre las que destaca el uso responsable de la energía eléctrica, del agua, de los materiales y de las instalaciones. Además, la UNAM estableció un plazo de tres años para que los diputados implementen acciones que reduzcan el daño al medio ambiente.

Al respecto, vale la pena preguntar, ¿no se supone que los diputados deberían ser los que giran recomendaciones a otras instituciones? ¿no se supone que existen comisiones que deberían priorizar estos temas al interior y exterior del recinto? ¿no se supone que el buen legislador por su Cámara empieza?

Tal parece que los diputados federales trabajan de dientes para afuera. Ni la Comisión de Medio Ambiente, ni la Comisión de Cambio Climático, ni nadie parecen preocupados por implementar acciones proambientales. Aparentemente, a los diputados no les interesa servir de ejemplo al resto de los ciudadanos.

Por cierto, no olvidemos que además de la Cámara de Diputados, en la Ciudad de México opera la Cámara de Senadores, que seguramente genera grandes cantidades de basura, y ni hablar de la Asamblea Legislativa del DF, o del resto de los Congresos Locales en cada uno de los 32 estados.

¿Es cierto que el buen juez por la casa empieza?