Para algunos, la orden de aprehensión en contra Arturo Escobar –por presuntos delitos electorales– sería el fin de una carrera política llena de escándalos y opacidad.
Y es que los memoriosos tendrán presente que ésta no es la primera vez que Escobar actúa de manera poco clara.
Aquí un recuento de algunos de sus escándalos.
- El 25 de noviembre, la PGR, a través de la Fepade, solicitó una orden de aprehensión contra Arturo Escobar por la comisión de delitos electorales. Se le acusa de repartir 10 mil tarjetas de descuento para favorecer en las urnas al Partido Verde.
- También en ese período electoral, el Partido Verde –dirigido por Escobar– fue acusado de promoverse de forma ilegal durante la veda electoral. ¿Cómo? Saturando los medios con su imagen, comprando a famosos tweets de apoyo al PVEM, repartiendo todo tipo de objetos promocionales y un largo etcétera. En total, las trapacerías del Verde en el proceso electoral de 2015 le valieron multas por casi 600 millones de pesos.
- En marzo pasado, se hizo público que la empresa encargada de los cineminutos que el Partido Verde contrató con Cinépolis y Cinemex era propiedad de la familia de Arturo Escobar. De acuerdo con información de Reforma, el dueño de Grupo Rabokse –Eskobar, al revés– era Adrián Escobar, hermano del ahora exsubsecretario y exsenador. En este caso, el PAN habló de una posible triangulación de recursos y lavado de dinero.
- En los primeros días de febrero, aún siendo Coordinador de la bancada del Partido Verde en San Lázaro, Escobar fue vinculado –por medio de una grabación– a la venta de curules a empresarios. En un audio difundido en redes sociales, se escucha al entonces diputado Felipe Camarena negociar su cargo con el empresario Fernando Olivares y, en el mismo audio, se escucha a Camarena aclarar que Arturo Escobar debía aprobar la “transacción”.
- En julio de 2009, días antes de las elecciones intermedias, Escobar fue detenido en el aeropuerto de Chiapas con una maleta –Louis Vuitton– donde se hallaba más de un millón de pesos cuya procedencia no supo explicar. Primero dijo que no eran suyos ni el dinero ni la maleta; luego cambió su versión y aceptó que la maleta era suya, pero no el dinero. Y, al final, nunca se esclareció el caso.
