Los 43: ¡nunca mas… ni uno más!

Algunos lo llamaron “el día de la indignación”. Otros lo quieren ver como “crimen de Estado”. No faltan los delirantes que comparan el ataque a los 43 con “La Noche de Tlatelolco”, mientras los más sensatos creen que el ataque a los normalistas de Ayotzinapa es del tamaño de la corrupción de la política y su vínculo con el crimen organizado.

Se le puede llamar como a cada cual le plazca y se puede entender lo que cada quien quiera y pretenda. Lo cierto es que más allá del dolor de familiares y lo condenable de la tragedia; más allá de la manipulación interesada y de las montañas de mentiras, asistimos a un saludable ejemplo de que los anticuerpos sociales están vivos y vigentes.

Es decir; están vivas las capacidades de indignación, asombro, rechazo, protesta, enojo y exigencia sociales contra políticos, partidos y gobernantes ineficaces –de todos los colores y signos ideológicos–, que toleran y solapan crímenes como el de los 43. Pero, sobre todo, está vivo el grito de “¡nunca más… ni uno más!”.

Nunca más políticos rapaces y farsantes como Andrés Manuel López Obrador, que sabedor de los vínculos que mantenían José Luis Abarca con el crimen organizado, lo impuso como alcalde y –peor aún–, promovía desde Morena a la esposa de Abarca como sucesora en Iguala. ¿De verdad, AMLO no conocía el vínculo de los Abarca con el crimen organizado? ¿Por qué no lo han llamado a declarar? ¿No sabía AMLO que Julio César Godoy Toscano era criminal de Los Templarios? ¿Por qué en su momento avaló su diputación federal?

Nunca más políticos como Jesús Zambrano y como “Los Chuchos”, que tampoco se pueden llamar sorprendidos sobre las relaciones peligrosas de Los Abarca con el crimen organizado. ¿De verdad no conocieron la escandalosa y pública relación de los Abarca con los Guerreros Unidos. ¿Por qué nunca se atrevieron a denunciar por la vía penal al alcalde de Iguala y por qué no expulsaron a los Abarca del PRD?

Nunca más gobernadores como Ángel Aguirre, de Guerrero, quien borrachín dejó hacer y pasar a las bandas del crimen organizado; gobernante omiso que no hizo caso de advertencias sobre el peligro de que alcaldes como los Abarca fueran brazo político de los grupos criminales. ¿Por qué Ángel Aguirre no ha sido llamado a declarar? ¿A poco no sabía de los nexos de Los Abarca con el crimen organizado?

Nunca más las irresponsables alianzas de partidos a favor de políticos oportunistas y depredadores como Ángel Aguirre, Gabino Cué y Rafael Moreno Valle; nunca más gobiernos surgidos de alianzas entre PAN, PRD y PRI-PVEM, que a partir del grosero principio “del poder por el poder”, llevan al gobierno a la escoria política.

Nunca más la irresponsable y ofensiva manipulación político electoral por parte de grupos interesados que –a partir de mentiras abiertas y engaños públicos–, son responsables de montar una de las mayores farsas de la historia al pregonar que el crimen de los 43 fue un crimen de Estado. ¿De verdad es un crimen de Estado? ¿No será que los perdedores de siempre engañan de manera impune para ganar votos de sangre en la contienda electoral de 2018?

Nunca más la farsa político-electoral de convertir en causa política con fines electorales una tragedia que ofende a todos los ciudadanos, pero que se ha convertido en bandera de sangre para un puñado de vividores de la protesta y la tragedia. Desvergonzados utilizan la muerte de los 43, a manos del crimen organizado, para engañar a los ciudadanos y para debilitar las instituciones. En el fondo, con tragedias como la de los 43 y engaños como los que pregonaron ayer, buscan derribar la democracia mexicana e imponer regímenes caducos como el de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Grecia.

Nunca más al cinismo de los dizque grupos sociales que manipulan el dolor de las familias de los 43; que medran en lo político y lo económico con la tragedia y que, al final, solapan a los verdaderos criminales. Y es que a lo largo de la marcha de ayer los “titiriteros” se desgañitaron con el cuento del crimen de Estado y la supuesta responsabilidad del gobierno en la muerte de los 43. Sin embargo, ni una sola condena a los verdaderos criminales, a los Guerreros Unidos. Pareciera que tanto organizadores como gritones de la marcha se empeñaran en solapar al crimen organizado. ¿No será que marchas y protestas han sido penetradas por el crimen organizado? ¿Es creíble que nadie diga nada de los Guerreros Unidos, quienes ordenaron matar e incinerar a los 43?

Nunca más el irresponsable gobierno federal –desde el presidente Peña Nieto, pasando por todas las instituciones–, que nunca atinó a un manejo correcto de la tragedia y que por errores, horrores y omisiones, permitió que la masacre de los 43 se convirtiera en misil envenenado contra las instituciones del Estado. ¿Habrán entendido “los hombres del presidente” y el presidente mismo el daño que causaron a las instituciones del Estado?

Nunca más a la utilización de la muerte –por parte de grupos violentos, anarquistas y dizque estudiantes–, que lo mismo roban, secuestran, desvalijan vehículos de carga y causan todo tipo de destrozos con el pretexto de protestar por la muerte de los 43. Resulta curioso que los anarquistas vandalizan cual vulgares criminales y nadie se atreve a decir nada. Más aún, nadie habla de la responsabilidad del crimen organizado en la masacre de los 43.

Nunca más extremos de fanatismo y adoctrinamiento al más soez estilo del fascismo nazi –por maestros de escuelas públicas de Tepic, Nayarit–, que adoctrinan a niños de primero de primaria para “cantar” letras alusivas a los 43, en donde se dice que el gobierno es el responsable de matarlos. ¿Dónde están la SEP y las autoridades para sancionar a dizque maestros que llegan a esos extremos?

Nunca más torpezas del gobierno federal como las de contratar dizque “expertos” argentinos y/o de la CIDH, que tienen un claro conflicto de interés y que sirven a vergonzantes venganzas de poder. ¿Por qué ninguna institución del Estado salió al paso del vergonzante papel de la CIDH y de su directivo Emilio Álvarez Icaza? ¿Por qué nadie cuestionó las mentiras de la CIDH y de Álvarez Icaza? ¿Por qué seguir pagando millones de dólares, para supuestos informes que no tienen seriedad alguna?

Nunca más omisiones, engaños y mentiras como no investigar al director de la Normal de Ayotzinapa, como convertir esa escuela normal en centro de operaciones de mafias criminales; como no exigir a los padres de los 43 las actas de nacimiento y pruebas de ADN.

Nunca más… Al tiempo.

Tomado de El Universal