¿La tercera fuga del Chapo?

Dice Joaquín, el Chapo, Guzmán que pedirá una extradición fast track a los Estados Unidos.

Dice el narcotraficante que estaría dispuesto a cooperar en el proceso de extradición si acuerda una sentencia breve en las prisiones de Estados Unidos y lo encierran en una cárcel de mediana seguridad.

Dice el que fuera el hombre más buscado del mundo que podría negociar con el gobierno de nuestros vecinos del Norte si –y sólo si– cumplen sus condiciones.

Ahora resulta que los presos fijan los términos de la negociación.

Para estas alturas, todo el mundo sabe que El Chapo Guzmán insiste en que los responsables de las prisiones mexicana violan sus derechos básicos. Y también todo el mundo sabe que Guzmán Loera se queja de que lo despiertan cada cuatro horas y de que no le permiten tomar el sol.

Aparentemente, el Chapo Guzmán no termina de entender que uno de los principios básicos de la prisión es la supresión de los derechos básicos, el más básico: la libertad.

En esta lógica, Joaquín Guzmán exige una deportación rápida a los Estados Unidos y demanda, además, trato especial por parte del gobierno del Tío Sam.

No hay duda, el Chapo sabe lo que vale y es consciente del interés que seguramente tienen los estadounidenses en la información que podría aportar.

Por eso, a nadie debería extrañar que Joaquín Guzmán Loera se salga con la suya. O si lo prefiere que su tercera fuga de una prisión mexicana sea por la puerta grande, con todas las de la ley y con respaldo institucional. Ver para creer.