La incongruencia y desmemoria de Mauricio Toledo

Con alguna frecuencia, en este espacio hemos preguntado si las universidades de Andrés Manuel López Obrador son un fracaso o una tomada de pelo. Y tal parece que la preocupación la comparten otros actores en otros espacios. Prueba de ello es que el diputado perredista de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, Mauricio Toledo, pidió que se investigue la creación de estos centros educativos.

El exdelegado de Coyoacán –y abogado por la UNAM–, exhortó a evitar hacer uso electoral de la educación e hizo un llamado al Gobierno de la Ciudad de México a impedir un fraude, porque de acuerdo con un documento que presentó, las universidades de Morena se han convertido en unas de las más caras del mundo pues se gastó 5.1 millones de pesos anuales por cada alumno titulado.

Sin duda, el señor Toledo tiene toda la razón. La autoridad está obligada a evitar que la Morena de López Obrador siga sangrando las finanzas públicas y continúe jugando con el futuro de los jóvenes.

No obstante, tampoco está de más preguntar, ¿un personaje como Toledo tiene la calidad moral para cuestionar las escuelas patito de López Obrador?

Recordemos:

  • Cuando era jefe delegacional, Mauricio Toledo organizó una fiesta privada con recursos de la demarcación.
  • Su partido lo protegió en la ALDF para que no compareciera por presuntos actos de extorsión, por un millón 600 mil pesos, contra empresarios por la construcción de un edificio y una gasolinería.
  • Toledo ignoró la demanda de los coyoacanenses quienes denunciaron la falta de infraestructura pública.
  • El exdelegado hizo caso omiso a los vecinos que pedían su opinión referente a la instalación de parquímetros en la demarcación.
  • Eduardo Ramírez Vallejo, exsecretario particular de Toledo, fue trasladado al Reclusorio Oriente acusado de cohecho y es que se le acusó de haber recibido un millón de pesos por la reapertura de una gasolinería.
  • Mauricio Toledo no terminó con su gestión como jefe delegacional pues brincó a una diputación local.
  • El perredista pidió más recursos ante la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la ALDF para atender “Los compromisos hechos con los coyoacanenses y así mejorar sus condiciones de vida”. Aunque no especificó a cuáles coyoacanenses se refería.
  • La Octava Sala del tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje emitió una orden de retención por no cumplir con el juicio de laudo de un juicio laboral al no reubicar a una trabajadora que fue despedida.
  • Y finalmente, Toledo presumió la creación de una Clínica de atención Integral para la Mujer, Unidad de Enfermedades Metabólicas –con una inversión de 86 millones de pesos– pero que nunca se construyó. ¿Y dónde está el dinero?

Sin duda, los reclamos de Mauricio Toledo tienen sustancia y alguien debe frenar la ambición desmedida –y absoluta opacidad– de las universidades de López Obrador. No obstante, cuando un impresentable –como Mauricio Toledo–, cuestiona las malas prácticas del servicio público, sólo exhibe su falta de memoria y una gran incongruencia. ¿Será que al perredista le faltan unas clases de la educación moral que tanto pregona el señor López Obrador?