La hora de Aurelio Nuño

Aquí hemos dicho que el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, se encuentra en abierta precampaña presidencial.

Hemos dicho que las apariciones en escuelas todos los lunes, que los anuncios de mejoras y reformas, y que el reparto de millones de pesos en recursos educativos son –todos– parte de una campaña presidencial adelantada.

Sin embargo, los acontecimientos recientes dejan ver que a Nuño deberían preocupar dos asuntos:

El primero, que según una encuesta de El Financiero, a Nuño lo conoce sólo el 25 por ciento de los encuestados. Además, sólo el siete por ciento de quienes lo conocen tiene una buena imagen del secretario de Educación, mientras que el otro 18 por ciento lo califica como indiferente o dice no tener una buena opinión.

El segundo. Que luego de tanto anuncio y promesa de cambio, a Nuño le llegó la hora de la verdad. Y es que ahora que la SEP tendrá que despedir a 3 mil 400 maestros que no se sometieron a la evaluación docente, veremos de qué está hecho el secretario de Educación.

Ya que, por puro sentido común, si estos maestros no quisieron presentar el examen, seguramente tampoco acatarán el despido. O si lo prefiere, que seguramente veremos marchas, bloqueos y presiones.

Por eso, insistimos, a Nuño se le acabó el tiempo de las promesas. A Nuño le llegó el momento de rendir cuentas; llegó el tiempo de la verdad.