La CNTE “chupasangre”

El escritor uruguayo Horacio Quiroga publicó –hace algunas décadas– uno de los cuentos más populares de la literatura hispánica: “El Almohadón de Plumas”, donde relata el proceso de muerte de Alicia, la esposa de Jordán, que padece de un extraño mal.

Todo ocurre después de que ella se contagia de una “leve influenza”, la cual desencadena otros males que serán la causa de su deceso.

De acuerdo con los doctores que diagnosticaron a Alicia, la mujer era víctima de una aparente anemia; sin embargo, el mal es otro, uno muy desconocido y muy raro.  

De este modo, el día que se desocupa la cama en la que la mujer pasó sus últimos días, una mucama y Jordán descubren que el mal que acabó con la vida de Alicia era externo y no interno, como pensaban todos.

Y es que dentro del almohadón donde Alicia reposaba su cabeza había un enorme animal, el cual había chupado toda la sangre de la esposa hasta que la mató.

Es así como en la ficción nos enteramos de casos como el de Alicia, mientras que en la vida real existen otros males que operan igual pero a gran escala, como la CNTE.

Apenas ayer los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación regresaron, sigilosamente, al Zócalo de la Ciudad de México.

En la prensa denominaron el hecho como “operación hormiga”, y es que cada grupo llegó por su cuenta y de pronto, estaban todos ahí, congregados afuera de Palacio de Nacional.

La CNTE, así como el animal que drena la sangre de Alicia en el cuento de Quiroga, ha chupado la sangre de varios gobierno estatales, lo que al mismo tiempo también ha perjudicado la salud de los ciudadanos.

La CNTE ha actuado de manera silenciosa para matar una reforma, un gobierno, o quién sabe qué, porque la Coordinadora también nos ha hecho creer que estamos enfermos de algo, pero en realidad el organismo dañino es ésta, ¿o no?