La CDMX

Óptica Ciudadana

Algo malo le sucede a lo que ahora es la capital de nuestro país, pues sospecho que, ni con los recientes cambios jurídicos, logrará volver a ser lo que antaño fuera, una de las mejores ciudades del mundo.

Sí, ya sé que don Mancera de la mano de don Peña Nieto, dan brincos de alegría pues consideran que esos cambios – el DF ahora se llamará Ciudad de México, tendrá su propia Constitución y, como remedo de Ayuntamientos, se elegirán Concejales – son “un paso adelante” en la vida de los capitalinos. A mi me parece que hay condiciones para dar no un paso, sino un gran salto hacia adelante pero, en fin…

Primero fueron los conquistadores españoles de quienes, por el texto de Bernal Díaz del Castillo (España, 1496 – Guatemala, 1584), “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, sabemos que, al llegar a la entonces Nueva Tenochtitlán, se dijeron deslumbrados por la grandeza de la ciudad. La compararon como una las más bellas del mundo entonces conocido.

Luego, fue don Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humbolt, (Alemania, 1769- 1859), mejor conocido simplemente como el Barón de Humbolt, – viajero incansable, etnógrafo, antropólogo, físico, zoólogo, geógrafo, naturalista, oceanógrafo, astrónomo, geólogo, botánico, vulcanólogo, metalúrgico, políglota, humanista, ¡uff! – quien la bautizó como la Ciudad de los Palacios.

Y, a mediados del siglo XX, el gran novelista Carlos Fuentes, sin proponérselo, creo, la denominó como “La Ciudad, más transparente del aire”. Y hoy…

Hoy, y desde hace varios años, chilangolandia, o sea la Ciudad de México, se ha venido quedando atrás, muy atrás de las grandes ciudades del orbe.

Véase el más reciente reporte anual, el que corresponde a 2014, de la Consultora Mercer. Esa compañía estadounidense, elabora año tras año, un estudio de las 460 ciudades más grandes del mundo. Estudio que toma en cuenta 40 indicadores sobre aspectos ambientales, culturales, económicos, educativos, políticos, sobre salud, contaminación, seguridad pública, y sociales de todo tipo, etc. Y resulta que ahí, la hoy CDMX (y con ella sus habitantes o sea, los cdmxeños ó cdmxsenses ¿?), sale mal parada.

Ese estudio, además de que todo mundo lo consulta, le es útil a gobiernos y empresas de todo el planeta, para saber a qué sitios, con alta calidad de vida, puede enviar trabajadores o a turistas. O no enviarlos, si la calidad de vida resulta baja.

Bien, luego de tener a la mano los reportes de todas esas ciudades, escoge 223, que son, en conjunto, las menos peores o las mejores, según se vea.

La número uno, en el mundo, es Viena (Austria), la dos es Zúrich (Suiza) y las tres siguientes también son europeas, alemanas para mas señas, Munich, Dusseldorf y Frankfort.

Del continente americano, aparecen Vancouver, Ottawa, Toronto y Montreal, todas canadienses, en los lugares 6, 14, 15 y 23, respectivamente, luego sigue San Francisco (EU), en el 27 – debajo de Singapur (Tailandia), en Asia, que queda en el 25.

Igual, de Asia aparecen cuatro ciudades japonesas, Tokio, Kobe, Yokohama y Osaka, en los lugares, 43, 47, 49 y 57, respectivamente.

Volviendo a nuestro continente resulta que un buen lugar, el 69, lo ocupa Pointe A Pitre (Isla de Guadalupe), San Juan (Puerto Rico) ocupa el 72; Montevideo (Uruguay), el 77; Buenos Aires (Argentina), el 81 y Santiago (Chile), el 93.

¡Ah! al ex DF, de México, (que es la única ciudad de nuestro país que aparece en dicho estudio) le toca el lugar 122.

Nos queda el consuelo de que estamos arriba de San Petersburgo (Rusia), que está en el 168, de Managua (Nicaragua) que se ubica en el 170, de San Salvador (El Salvador), que está en el 175; de Caracas (Venezuela), que llega al 176, de Tirana (Albania) que está en el 179, de Tegucigalpa (Honduras) que se ubica en el 181, de Uzbekistán (Rusia), en el lugar 204, de Kingston (Jamaica) en el lugar 206, de Puerto Príncipe (Haití) que llega al 221, y de Bagdad (Irak), que es el último o sea el 223 de este listado.

Por eso digo que algo malo le sucede a la capital de nuestro país, desde hace muchos años. O, cuando aparecemos en los primeros lugares, es por ejemplo, en los primeros sitios de contaminación ambiental, o de inseguridad, o de corrupción, o de ineficiencia gubernamental, o de antidemocracia. No es para presumir que, de ser antaño, “La Ciudad de los Palacios”, hoy estemos tan mal vistos en el mundo.

De ahí que mucho ayudaría, para volver a ser de las mejores ciudades del mundo, que la reforma política, recién aprobada (debió aprobarse desde 1997, pero a la izquierda gobernante se le olvidó promover dicho cambio) y festejada con bombos y platillos por la HH clase política, pues parece que el grueso de los capitalinos ni por enterados se dieron, contemple dotar de plenos derechos políticos a sus ciudadanos. Es decir, que se puedan elegir libremente, Gobernador, Congreso local y Ayuntamientos, en lugar de Jefe de Gobierno, Asamblea Legislativa y Jefes Delegacionales o remedos de aquellos.

Por lo pronto, parece que con lo aprobado por los legisladores al respecto, empezamos mal.

¿Cómo está eso de que habrá 100 integrantes de un congreso constituyente encargado de redactar y aprobar la Constitución local, pero solamente 60 electos por la ciudadanía y el resto, 40, serán designados directamente por los Partidos representados en las Cámaras y por los titulares de los Poderes Ejecutivos de la capital y del país? ¿Por qué esos privilegios a la partidocracia? Y aparte les ponen obstáculos a los posibles candidatos independientes.

¿Dónde queda el DF que, dice la doctrina jurídica, debe existir, como asiento de los poderes federales?

¿Por qué no se animó la clase política a aprobar que la hoy CDMX sea considerada como un nuevo Estado de la Federación, si ello está previsto en la Constitución General?

¿Por qué no se animaron a transformar a las hoy Delegaciones Políticas o Demarcaciones Territoriales, en Municipios y a sus gobiernos en Ayuntamientos, como es en los Estados?

¿Por qué a los futuros gobiernos (según la propuesta de Mancera y cuates que le acompañan) de las Demarcaciones Territoriales (hoy Delegaciones), que se llamarán Concejales y a quien encabece, Alcalde, no le dan atribuciones legislativas, ni le permiten el mando de su propia policía?

Ojalá que al constituyente capitalino, mismo que entrará en funciones en septiembre próximo, se le ocurra suprimir estas limitaciones o la CDMX se quedará a la mitad del camino de las grandes ciudades. Sería la mejor manera de incentivar la participación ciudadana, la cual es estratégica para lograr una mejor ciudad.

De otra manera la posibilidad de estar entre las principales ciudades del mundo, se irá alejando. ¿No creen, estimados cuatro o cinco lectores?

Notitas: Una.- Que inician los Foros formales para discutir la legalización o no del consumo de la marihuana. ¿Pará que servirán si la última palabra la tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Dos.- Que si México estuvo de acuerdo con los Acuerdos de París, para combatir el cambio climático y el calentamiento global, ¿por qué se permite la destrucción de un manglar como el de Tajamar, en Cancún, Quintana Roo? Tres.– Que los Partidos inician en las Cámaras legislativa, su segundo periodo de sesiones ordinario. A ver si en lugar de realizar actos circenses, se dedican a legislar. Cuatro.– Que una reforma educativa debería incluir el aumento de horas de clase, no su disminución, ya que lo que hace falta es que los alumnos aprendan más. Cinco.– Que la presentación número 27 de mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, es este miércoles 27 de enero, en la sede nacional del PRD (Benjamín Franklin 84, 8º piso, colonia H. Condesa, cerca del Metro Patriotismo, en la CDMX). Los presentadores son Lídice Rincón Gallardo, Agustín Basave y Heberto Castillo Juárez. Están invitados. Seis.– Y no lo olviden, mis estimados, hay que ejercitarse cotidianamente. O luego nos estaremos quejando de no se cuántos achaques. Y sembremos un árbol cada año, ¿va?