¡Guerra por el PRI… por 2018!

Ya habrá tiempo de explorar las cualidades y debilidades del nuevo jefe nacional de PRI.

Por lo pronto, lo prioritario es entender la guerra desatada intramuros del viejo partido; disputa que aleja toda posibilidad de reeditar la unidad que en los previos a 2012 hizo posible la vuelta al poder del viejo partido.

Y es que hoy –guste o no a los dueños del tricolor– , la pelea por el PRI y por la candidatura presidencial de 2018 parece una reedición de las peleas provocadas durante la fallida dirigencia de Roberto Madrazo y su ambición sin límite por adueñarse no solo del PRI, sino de la candidatura presidencial del tricolor.

¿Por qué razón asistimos a fenómenos políticos similares –en 2006 y 2016–, cuando las condiciones objetivas del PRI son distintas?

La respuesta parece estar en la incapacidad histórica del PRI para crear anticuerpos opositores que equilibren a las fuerzas hegemónicas. Dicho de otro modo, que salvo en la fractura histórica del PRI en 1986 –cuando Cárdenas y Muñoz Ledo crearon la Corriente Democrática–, son pocos los momentos en donde el tricolor expreso una disidencia clara, frontal y abierta a las decisiones cupulares; sea del presidencialismo, sea del grupo hegemónico.

Por ejemplo, cuando Roberto Madrazo asaltó al PRI y luego se adueñó de la candidatura presidencial , no apareció una oposición contundente que lo frenara acaso tibias expresiones conocidas como “ El Tucom” Todos Unidos Contra Madrazo. Aun así Madrazo se impuso.

Una década después, queda claro que la moderna versión de Madrazo de 2016, se llama Luis Videgaray. ¿Por qué?

Porque no pocos “jefes del PRI” –entre gobernadores, líderes políticos y legislativos– señalan a Videgaray como presunto responsables de la debacle y las traiciones al PRI el 5 de junio, y claro, de la caída de Beltrones.

Además, Videgaray es responsable de convertir en presidenciable a José Antonio Meade, titular de Sedesol –quien no conmueve ni a una plañidera–, y de llevar como presidente del PRI al exdirector de la CFE, Enrique Ochoa Reza.

Pero no es todo. Muchos dicen que Videgaray está detrás de los intentos “por reventar” a Miguel Osorio – Secretario de Gobernación–, con la crisis de la CNTE; problema que gestó el pupilo de Videgaray; Aurelio Nuño.

Por lo pronto, queda claro que Videgaray lleva mano en el “teje y maneje” de la sucesión presidencial y del control del PRI.

¿Lo dejaran “hacer y deshacer” los jefe de PRI?

Al tiempo.

Tomado de Milenio