Espaldarazo del presidente a las fuerza armadas; el tamaño del golpe

Aparentemente, no hemos terminado de entender el tamaño del golpe que recibió la secretaría de la Defensa Nacional.

Hace semanas, un video exhibió a dos militares torturando a una presunta secuestradora.

De inmediato, la SEDENA explicó que los responsables de la agresión fueron juzgados y condenados.

También hizo público que, en cinco años, al menos 500 militares habían sido procesados por casos de tortura.

E incluso, el general secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, pidió una disculpa pública.

Sin embargo, pareciera que todo esto no fue suficiente.

Y es que, este jueves, el presidente Enrique Peña se sumó al reconocimiento al Ejército mexicano y a lo que parece una estrategia de control de daños.

Durante la conmemoración de la Batalla de Puebla, el presidente Peña calificó la disculpa de Cienfuegos como “una prueba fehaciente de la integridad y moralidad del Ejército es que antes faltas graves de algunos de sus integrantes, su alto mando ofreció una disculpa pública la sociedad mexicana, este hecho refleja la cultura a favor de derechos humanos que hoy prevalece en nuestras fuerzas armadas”.

Es decir, que también el presidente respaldó y cobijó a las fuerzas armadas.

Evidentemente, la movilización en favor del Ejército es del mismo tamaño que el golpe que recibió la SEDENA con el video al que hicimos referencia al principio de este texto.

Y no es para menos, después de todo, la estabilidad de un país depende, en buena medida, de la solidez de sus fuerzas armadas. Y la solidez de un Ejército se construye sobre su buena reputación.

Por eso, aunque parece que no terminamos de ver el tamaño del golpe que recibió el Ejército, también es cierto que ningún esfuerzo es excesivo cuando se trata de cuidar la reputación de las fuerzas armadas.