En México también vivimos el terror

Muchos tienen la vista en París, en Turquía, en Mali, en Irak y en Siria.

Muchos creen que sólo en esa parte del mundo viven el acoso de los grupos terroristas.

Y muchos piensan que nuestro país vive lejos de las tácticas de miedo que emplean organizaciones clandestinas como el Estado Islámico o al Qaeda.

Sin embargo, en México, el miedo se ha convertido en parte del cotidiano.

Las escenas de terror son comunes en distintas partes del país.

Hoy día, no son muchos los que pueden afirmar que caminan sin miedo. Pocos están en condiciones de asegurar que salen de casa con la certeza de que volverán.

El terror ha puesto casa en México.

Prueba de lo anterior son dos hechos, ocurridos en dos estados distintos, hace apenas unas horas.

La noche del lunes, un sujeto armado ingresó a un rancho tabasqueño y asesinó a los jóvenes Henry Burelo Magaña y Luis Arturo de la Fuente Rodríguez.

Estas personas, según se sabe, se encontraban en una fiesta. Al momento, había otros e el lugar. Sin embargo, sólo los jóvenes Burelo y de la Fuente perdieron la vida.

Coincidentemente, ambos eran hijos de dos alcaldes tabasqueños: los priistas Ciro Burelo Magaña y Luis Arturo de la Fuente.

Pero hay más. Esta mañana, un comando armado atacó una unidad de transporte público en la comunidad de Aytzacoaloya, en el municipio de Chilapa, Guerrero.

El incidente dejó cuatro muertos, un herido y una niña desaparecida.

Y si a este par de incidentes sumamos el decálogo del terror que publicamos en el Itinerario Político del 18 de noviembre, entonces la pregunta resulta obvia, ¿cierto o falso que también en México se viven actos de terror?