En la ONU también son corruptos

Para los mexicanos, los políticos son corruptos.

Para los mexicanos, los empresarios también son corruptos. Y…

Para los mexicanos, los periodistas también son corruptos.

Probablemente, los mexicanos tienen razón.

Sin embargo, lo que muchos olvidan es que junto con los políticos, los empresarios y los periodistas, existen muchos otros corruptos.

Hace poco, el escándalo en la Volkswagen exhibió a una jauría de ratas.

Anteriormente, filtraciones incómodas dejaron ver que incluso en el Vaticano existían casos de corrupción.

De igual forma, hemos sabido de gobiernos de izquierda y de derecha; de América y de Europa; de avanzada y de naturaleza rancia, que terminan consumidos por escándalos de corrupción.

Por eso, no debería sorprender que el nuevo escándalo de figuras públicas corruptas ocurra en la ONU.

Hoy nos enteramos que seis trabajadores de Naciones Unidas –incluido el ex secretario general, John Ashe–, fueron detenidas por su presunta relación con un caso de corrupción de varios millones de pesos.

Según se ha dicho, Ashe habría recibido hasta 500 mil dólares en sobornos para favorecer la realización de una obra en Macau y hasta 800 mil por apoyar los intereses de empresarios chinos en Antigua y Barbuda.

Y como estas acusaciones hay muchas otras. Según parece, pasarán algunos días antes que se conozca la verdadera dimensión del escándalo.

Hoy, más que nunca, queda claro que la corrupción está en todos lados; que incluso en la ONU se desvían millones y se soborna a los trabajadores. Hoy sabemos que, como hemos venido diciendo, todos somos corruptos.