En Francia construyen el muro de Trump

 

Francia y Reino Unido iniciaron la fortificación de un muro “anti-intrusión”, el cual se abarca un kilómetro de longitud y cuatro metros de alto, y pretende detener la fuga del poblado de habitantes de “La Jungla”, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad portuaria de Calais.

La construcción de esta barrera inició en agosto de este año con el fin de contener migrantes de origen sirio que escaparon de la guerra, pero desde febrero se llevaron a cabo acciones para sacar a los más de siete mil desplazados que arribaron al país galo y han buscado pasar a Reino Unido.

La medida del muro se tomó como último recurso para reducir los asaltos a camiones y transportes por parte de estas personas.

Se estima que la construcción tendrá un costo aproximado de 23 millones de dólares y será pagado por el gobierno francés e inglés.

Además contará con vigilancia permanente, iluminación óptima y decorado con plantas para que los muros grises de hormigón den un aspecto mucho más amable que el mensaje que se quiere dar: “no importa las circunstancias, en este lugar no hay espacio para más migrantes”.

La gran muralla de Calais, nombre que los pobladores han dado a la construcción, estará terminada a finales de este año.

Es lamentable como los gobiernos de todo el mundo están llegando a la misma conclusión para terminar con el problema de migración: cerrar el paso y arrinconar a aquellos que buscan una vida mejor.

Por eso, en La Otra Opinión nos preguntamos: ¿cuál es la diferencia entre la gran muralla de Calais y el muro en la frontera norte que propone construir Donald Trump?

La respuesta es ninguna, porque en ambos casos la intolerancia es la marca.