La mañana del lunes, el distrito escolar de Los Ángeles canceló las clases debido a una amenaza de bomba.
Los hechos ocurrieron a quince días del tiroteo en San Bernardino, donde murieron 14 personas y 21 más resultaron heridas. Como seguramente sabe, el tiroteo de San Bernardino se lo adjudicó el Estado Islámico dos días después de la tragedia.
Y como todo el mundo está enterado, estos incidentes violentos se han hecho frecuentes en Estados Unidos.
Sin embargo, contrario a lo que algunos piensan, los tiroteos masivos no son los que cobran más vidas en nuestro vecino del Norte.
Las cifras oficiales dejan ver que en 2013, 33 mil 636 personas murieron por lesiones con arma de fuego. No obstante, de esta cifra, sólo el 1.49 por ciento — es decir, 502–, ocurrieron en tiroteos masivos. El resto –33 mil 134 muertes– fueron suicidios, asesinatos, accidentes o disparos de la policía.
De la segunda cifra, destaca la cantidad de suicidios registrados en 2013. Los datos del gobierno de EEUU hablan de 21 mil 175 víctimas.
La cifras antes expuestas se mantienen a pesar de las medidas de prevención en la materia. Y es que, según se dice, el suicidio recibe poca atención en los medios de comunicación, y por lo tanto, no es del interés de la sociedad.
Por otra parte, vale la pena señalar que la incidencia de homicidios es mayor en las zonas pobres de Estados Unidos. Las víctimas, en su mayoría, son afroamericanos. En 2013 el 75 por ciento de los asesinatos fueron cometidos en contra de este sector social.
Especialistas aseguran que la cobertura limitada de estos temas se debe a que la prensa y los ciudadanos se han acostumbrado a lidiar con ese tipo de violencia. Por otro lado, el suicidio sigue siendo un tema tabú.
No obstante, quizá lo más alarmante es que entre las conjeturas de los especialistas, se plantea que la mayoría de blancos en la sociedad norteamericana reduce el interés en los asesinatos de afroamericanos. O si lo prefiere, que detrás de este fenómeno existe un pesado factor racial.
Para algunos, si la sociedad se preocupa poco por la violencia armada; los políticos, autoridades y medios de comunicación demuestran bajo interés en solucionar el problema.
En Los Ángeles, por ejemplo, la división de Robos y Homicidios dedica más tiempo a resolver delitos que involucran a celebridades. Y aunque el número de crímenes en contra de afroamericanos es mayor, las investigaciones periodísticas demuestran que son las que menos se resuelven.
Sin duda, los tiroteos masivos son importantes. Sin duda, la sociedad –toda– debe evitar que sucedan. No obstante, la atención también debe dirigirse a las muertes por arma de fuego que ocurren en otros contextos y que, como ya se dijo, cobran más víctimas cada año.
