Este fin de semana, el PRD nombró a sus candidato al gobierno de Chihuahua. Dicha postulación corrió por cuenta de los órganos locales del Sol Azteca. Es decir, que no fue el CEN del partido quien eligió a sus abanderados.
El elegido de los amarillos fue Jaime Beltrán del Río, alcalde con licencia de Delicias.
Hasta hace unos días, Beltrán del Río solía ser panistas –el PAN lo apoyó para convertirse en alcalde–; sin embargo, el edil renunció al partido para encabezar al PRD en la elección de junio.
Anteriormente, Jaime Beltrán había firmado un pacto de unidad para apoyar al candidato que surgiera de las filas del partido azul. No obstante, cuando el CEN del PAN nombró a Javier Corral, el alcalde de Delicias renunció al partido.
Algunos relacionan a Beltrán con el gobernador priista, César Duarte, y con su secretario de Finanzas, Jaime Herrera Corral.
Y es que, según empleados de la administración de Beltrán del Río, se les obligó a mantener sus cuentas bancarias en Unión Progreso y Banco Progreso de Chihuahua, empresas financieras en que Duarte es accionista.
De confirmarse la cercanía entre Duarte y Jaime Beltrán, en Chihuahua existirían dos alianzas de facto: por un lado, la de Javier Corral con Morena y la del PRI de César Duarte, su candidato Enrique Serrano y el aspirante del PRD, el ex panista Jaime Beltrán.
O si lo prefiere, que gane quien gane, todo se reparte entre las mismas manos.
