Empresarios vs Gobierno; un pleito añejo

La obra que protagonizan desde hace meses el gobierno federal y la CNTE tiene un nuevo actor: los pesos pesados de la iniciativa privada en México. Tras las afectaciones sufridas por los bloqueos de la Coordinadora en todo el país,  diversas organizaciones empresariales se han sumado al forcejeo para presionar a las autoridades, para que defiendan sus intereses, por supuesto, económicos.

Para el Gobierno federal, ahora la presión no sólo llega de la CNTE, sino también de diversos organismos empresariales:

  • El presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO SERVYTUR), Enrique Solana aseguró que, en caso de que el gobierno federal no detenga las movilizaciones y bloqueos de la CNTE que afectan sus actividades económicas, sus asociados no pagarán impuestos y presentarán declaraciones en ceros.
  • Gustavo Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) presentó un amparo en contra de diversos funcionarios públicos argumentando la omisión en su actuar respecto a los bloqueos de la Coordinadora.
  • Juan Pablo Castanón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) respaldó la postura de los otros organismos, pidió la exención del pago de impuestos a los empresarios afectados por las acciones de la CNTE e instó al gobierno a utilizar todas las herramientas para proteger los derechos de terceros y evitar pérdidas económicas en el conflicto.

A pesar de lo conflictivo que podría resultar para el gobierno lidiar con las exigencias de los empresarios, cabe mencionar que ésta no es la primera vez que su relación con la iniciativa privada se fragmenta:

  • Entre 1976 y 1970, el presidente Luis Echeverría, promovió la intervención del Estado en todo tipo de actividades, nacionalizó varias corporaciones y promovió “medidas para la repartición de la riqueza” que provocaron una devaluación del peso hasta en un 40% respecto al dólar, lo cual provocó que los empresarios lo calificaran como “populista”.
  • En 1982, José López Portillo nacionalizó la banca. Aunado al aumento de la deuda externa, el crecimiento de la inflación y la devaluación del peso provocó que el sector empresarial promoviera plebiscitos en su contra y que algunos empresarios le dieran la espalda al PRI para apoyar abiertamente al PAN.
  • En 1997, el entonces presidente Ernesto Zedillo también tuvo un desencuentro con el sector privado luego de que no logró obtener la mayoría en el Congreso para impulsar iniciativas promovidas por el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), que agrupa a los 37 empresarios más poderosos del país.
  • El panista Vicente Fox llegó al poder gracias al apoyo de algunos empresarios que financiaron su campaña. Sin embargo, una vez en el poder no consiguió defender los intereses de los empresarios, en 2004 éstos se negaron a firmar un paquete fiscal impulsado por su gobierno.
  • En octubre de 2007, miembros de la Coparmex calificaron como “populista” el decreto en el que Felipe Calderón suspendía el aumento en las tarifas de gas, gasolina y diesel. El dirigente del Centro Empresarial Durango, Francisco Quiñones Gallegos criticó que dicha medida no podía implementarse a través de un decreto.
  • Apenas el pasado 16 de junio, los empresarios se movilizaron —por primera vez en la historia del país— en el Ángel de la Independencia para reclamar por la resolución del Senado con respecto a la iniciativa ciudadana 3 de 3. De este modo, exigieron al Congreso de la Unión la aprobación en su totalidad y sin modificaciones el Sistema Nacional Anticorrupción.

Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre el conflicto de 2016 y los de años anteriores?

Echeverría, López Portillo, Zedillo, Fox y Calderón tuvieron problemas con el sector empresarial debido a que sus políticas afectaban los intereses de la iniciativa privada o no le favorecían del todo. En cambio, la molestia de los empresarios con el gobierno de Peña Nieto deriva de la inmovilidad de las autoridades ante la afectación que hace un grupo de terceros —la CNTE— de sus actividades económicas.

Si bien la iniciativa privada no juega del lado de la CNTE, la Coordinadora es la más beneficiada de la integración de los empresarios en el conflicto, ya que la presión sobre el gobierno federal se está multiplicando.