Elección 2016; nuestros aciertos y errores

El análisis político no es jugar al adivino, no es hacer futurología y tampoco es tener una bola de cristal.

El análisis político consiste en emplear los datos que se tienen, conjugarlos con información privilegiada, sumarles la experiencia y tratar de explicar los escenarios en que se disputa el poder.

Por eso, luego de cada elección, los analistas políticos responsables tienen la obligación de exponer sus aciertos y publicar los errores.

En esta lógica, viene a cuenta recordar que en el Itinerario Político del 15 de abril dijimos que en la elección del domingo, el PRI se quedaría con siete estados, el PAN con cuatro y el PRD con uno.

De entrada, los números de la elección no quedaron así. No obstante, hay mucho más que el dato duro.

En el itinerario político dijimos que el PRI de Manlio Fabio Beltrones sigue siendo el partido dominante en la fabricación de cuadros y que –tarde o temprano–, el tricolor alimenta al resto de los partidos.

Esto se confirma si tomamos en cuenta que buena parte de los candidatos de alianza y de la oposición tienen raíces priistas.

También dijimos que el Revolucionario Institucional podría llevarse los 12 procesos electorales con candidatos propios o con aspirantes que hasta hace meses eran priistas. Y la realidad se quedó muy cerca.

De las siete derrotas del tricolor, cuatro corrieron por cuenta de expriistas:

Uno. Carlos Joaquín González en Quintana Roo.

Dos. Miguel Ángel Yunes en Veracruz.

Tres. José Rosas Aispuro en Durango.

Y cuatro. Antonio Gali en Puebla.

De hecho, sólo tres de los ganadores han militado toda su vida en el PAN:

Uno. Javier Corral en Chihuahua.

Dos. Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas.

Tres. Martín Orozco en Aguascalientes.

Ahora bien, dijimos que el PRI tenía el triunfo asegurado en Hidalgo y Sinaloa. Hoy, Omar Fayad y Quirino Ordaz son virtuales gobernadores electos en ambas entidades.

Le explicamos que la atomización de la izquierda dejaría el camino libre al priista Alejandro Murat; quien hoy es el ganador indiscutible en Oaxaca.

Y adelantamos que en Zacatecas, la Morena de López Obrador se había quedado corta y que seguramente ganaría el priista Alejandro Tello.

Pero también dijimos que el PRI estaría muy cerca del triunfo en Chihuahua, Durango y Quintana Roo. Lo cual no ocurrió. En Chihuahua ganó el PAN con Javier Corral, y en Durango y Zacatecas triunfaron los candidatos de alianza PAN-PRD, José Rosas Aispuro y Carlos Joaquín González, respectivamente.

Por otro lado, comentamos que el PAN tenía el triunfo amarrado en Puebla, con Antonio Gali. Un pronóstico acertado.

Explicamos que el panismo también podría alzarse con la victoria en Tamaulipas y en Aguascalientes. Así ocurrió con Francisco García Cabeza de Vaca y con Martín Orozco, respectivamente.

Y advertimos que la alianza entre el PAN y el PRD en Veracruz era altamente competitiva. Hoy, Miguel Ángel Yunes –abanderado de azules y amarillos–, es el virtual ganador.

Finalmente, aventuramos que el perredismo tenía posibilidades de triunfo en Tlaxcala. No obstante, los amarillos tuvieron uno de sus peores resultados y –en solitario–, no ganaron en ningún estado.

En resumen, de los siete gobiernos que dijimos que ganaría el PRI, sólo ganó cuatro –Zacatecas, Sinaloa, Hidalgo y Oaxaca–, y además se llevó Tlaxcala.

De los cuatro gobiernos que dijimos que ganaría el PAN, ganó los cuatro –Aguascalientes, Tamaulipas, Puebla y Veracruz–, y además se llevó otros tres: Chihuahua, Durango y Quintana Roo.

Y el gobierno que sería para el PRD, al final fue para el PRI.