El terror del narco, peor que un monstruo marino

Hace poco más de medio siglo, Sonia Greene escribió –con quien fuera su esposo, H.P. Lovecraft–, el cuento El Horror en Playa Martin. En el texto se describe el momento en que un destino turístico se convierte en un destino de muerte debido a la presencia de un monstruo marino.

La historia está contada en primera persona por un hombre que estuvo presente la noche en que el animal desapareció a media centena de bañistas que disfrutaban de Playa Martin, a los cuales nadie pudo rescatar.

El narrador asegura haber escuchado una risa macabra proveniente del fondo del mar, lo que lo dejará inquieto por el resto de su vida.  

Es así como descubrimos que la presencia del monstruo y la muerte de los turistas representa el final de la playa como destino de ocio debido al temor de morir que queda en los sobrevivientes que atestiguaron los hechos.

Resulta curioso que, una vez más, la ficción sea superada por la realidad, y no nos referimos a que haya monstruos marinos asediando las costas del mundo, sino a que hay destinos turísticos que se convirtieron –como Playa Martin– en destinos de la muerte.

Por ejemplo, en Guerrero las playas ya no son lo que antes. Acapulco, Ixtapa han perdido afluencia y el turismo ha dejado de ser buen negocio para los pobladores.

En este caso el monstruo es el narco, que ha cobrado, en al menos seis meses al menos 100 vidas en varios puntos del estado en cuestión.

Además, de acuerdo con la prensa, los tramos carreteros que llevan al destino turístico de Zihuatanejo como el que parte de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, también se han convertido en tramos mortales, pues hay vigilantes dispuestos por el crimen organizado que acechan a los que atraviesan por ahí.

En el cuento de Sonia Greene, Playa Martin deja de ser un lugar seguro para los bañistas, quienes probablemente ya no se atreverán a regresar al lugar después de lo que presenciaron. Además, está la risa macabra, que se burla de las víctimas y los testigos.

En el caso de Guerrero, Michoacán –y otros destino del país–, las entidades han dejado de ser una opción para vacacionar debido a que también son lugares en donde las vidas corren riesgo, y todo por el monstruo del narco, que también se burla de las víctimas y de las autoridades.