En días pasados se evidenció que el líder de los senadores priistas, Emilio Gamboa, viajaba en un helicóptero que descendió en una zona natural protegida en Yucatán, acción que generó comentarios negativos en las redes sociales.
El priista— que viajaba acompañado de Guillermo Ruiz de Teresa, coordinador de Puertos y Marina Mercante, de la SCT; y del empresario Emilio Díaz Castellanos—lamentó lo sucedido y reconoció que “fue un error que el helicóptero nos haya bajado ahí”.
Y como siempre pasa con los menos involucrados, el piloto del helicóptero y la empresa dueña de la aeronave fueron sancionados por la Dirección General de Aeronáutica Civil, de la SCT.
Aunque la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ya investiga las acciones para deslindar responsabilidades, para algunos podría quedar en nada pues tan solo basta la sanción al piloto y a la empresa de aeronaves.
Y sí, está bien que el piloto haya sido sancionado, está bien que protejan al medio ambiente, pero el piloto no se manda solo y alguien le ordenó que descendiera en ese lugar.
Entonces, ¿Dónde están los autores intelectuales de la falta? ¿Emilio Gamboa estará atento a los resultados de las investigaciones? ¿Qué dirá la SCT de su funcionario que iba en el helicóptero?
