El matrimonio igualitario no es un Derecho Humano: Patiño

 

En este portal hemos comentado el tema de las manifestaciones del Frente Nacional a Favor de la Familia en las que se ha protestado en contra del matrimonio igualitario y la adopción de menores por personas del mismo género.

Algunos expertos han opinado que las movilizaciones tienen el único fin de recuperar la autoridad que la grey católica ostentaba hace algunos años sobre el estado.

Y es que, según los analistas, los católicos no tienen más que decir sobre el tema, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya concede amparos a aquellas parejas hosexuales que decidan casarse por lo civil. Por esta razón, las manifestaciones no serían más que una táctica.

En entrevista para La Otra Opinión, el doctor Alberto Patiño, profesor de tiempo completo del departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, comentó que desde el pasado 9 de junio, el Tribunal Europeo determinó por unanimidad que los matrimonios entre parejas del mismo sexo no están establecidos como un derecho humano.

“El hecho de que la iglesia católica vaya en contra del término “matrimonio” no es algo nuevo, el origen histórico va más allá, además debemos entender que los derechos humanos son universales y estas uniones no son un derecho; los que pelean por la posibilidad de implementarlo debe tener argumentos serios desde la antropología”, explicó Patiño.

Además el profesor señaló que en los registros civiles no hay filas para la celebración de este tipo de matrimonios, lo que es una muestra clara de que la ciudadanía sólo busca el reconocimiento y no necesariamente pelea por el caso.

“Muchas de las personas con estas preferencias no quieren casarse. Por otro lado es lógico pensar que las instituciones religiosas aceptaran las modificaciones a la ley, sobre todo si son el capricho de una minoría”, dijo el experto.

Para finalizar Alberto Patiño aclaró que si bien México está pasando por un momento difícil, donde la la crisis económica está llevando al gobierno a tomar medidas extremas, las organizaciones religiosas no pretendan entrometerse.

“No se trata de tomar de nuevo las riendas, se trata de una reingeniería civil”, concluyó.