¿El Cuauh teme al mando único?

Crece la especie de que la ratificación del Mando Único habría sido la sentencia de muerte de la alcaldesa Gisela Mota Ocampo.

Como sabe, la presidenta municipal de Temixco –en Morelos–, fue asesinada al día siguiente de que tomó protesta al cargo.

Y aunque las investigaciones no han arrojado conclusiones definitivas, lo cierto es que una de las líneas de análisis más sólidas sugiere que el homicidio de Gisela Mota habría sido en respuesta al apoyo que mostró la alcaldesa recién llegada a la figura del Mando Único.

Viene a cuenta recordar que en la víspera del asesinato, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, discutieron a propósito de la implementación del Mando Único.

Firme en su postura, el alcalde de Cuernavaca se negó a sustituir las policías municipales con las que coordina el gobierno estatal. En el extremo opuesto, la alcaldesa asesinada expresó su simpatía con esta figura y, dicen, el gesto podría haber costado su vida.

Como sea, no está de más preguntar, ¿la negativa de Cuauhtémoc Blanco a instaurar el Mando Único tendrá alguna relación con presiones del crimen organizado? ¿el respaldo de Gisela Mota a esta figura tuvo alguna relación con su muerte? ¿será, acaso, que el asesinato de Mota es una suerte de mensaje al resto de los alcaldes que se sumaron al esquema de Mando Único?

¿Qué futuro tendrá el Mando Único en Morelos? ¿será que las presiones del crimen podrán frenar la figura? ¿acaso la asfixia de los criminales ayudará a consolidar el proyecto? ¿cómo reaccionará el gobierno de Cuernavaca tras el asesinato de la alcaldesa de Temixco? ¿Blanco cambiará de parecer? ¿se mantendrá la negativa a desaparecer las policías municipales? ¿habrá otros municipios que prefieran salir del acuerdo?

En un principio, muchos consideraron una torpeza que Cuauhtémoc Blanco se negara al Mando Único en Cuernavaca. A la luz de las nuevas evidencias, sólo queda cuestionar, ¿será que Blanco tenía otras razones —además de la necedad—, para negarse al proyecto? ¿acaso Blanco trató de evitar un desenlace como el de la señora Gisela Mota en Temixco?

Por lo pronto, el gobierno de Graco Ramírez ordenó –por decreto– instaurar el Mando Único en un puñado de municipios. Entre las localidades se encuentra la capital: Cuernavaca.