El chavismo mexicano mintió, se equivocó, fracasó.

Los grandes derrotados por los resultados económicos de este año no han sido los estrategas de la Secretaría de Hacienda, sino los chavistas del PRD, Morena y sus comunicadores afines, pues el sistema que mostró su rotundo fracaso fue el socialismo bolivariano de Venezuela.

¿Datos para sostener la afirmación anterior? Muchos. Demasiados para que a los economistas del PRD y Morena se les caiga la cara de vergüenza antes de hacer una sola crítica.

De acuerdo con el FMI, México va a crecer este año sólo 2.3 por ciento del PIB, lo que lo sitúa por debajo de las expectativas y necesidades nacionales.

Pero según la misma fuente, Venezuela va a tener un crecimiento negativo de 10 por ciento. Es decir, el país gobernado por Nicolás Maduro va a tener un crecimiento de menos 10 por ciento. Están en el hoyo absoluto.

Debajo de la cama deberán estar Dolores Padierna, los líderes del SME y Morena, que han puesto como ejemplo al modelo venezolano para aplicar en México.

Podemos explotar contra muchos errores cometidos, pero nos salvamos de una grande en 2012 cuando se evitó la llegada de López Obrador a Palacio Nacional.

La inflación en México está por debajo de 3.0 por ciento, mientras que en Venezuela este año será de 159.1 por ciento y el próximo será de 294.1 por ciento.

Ahí estaríamos si hubieran ganado los bolivarianos de López Obrador, impulsados por su diario afín (ahora anfitrión en sus páginas del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y no por una convicción de pluralidad).

Nos quejamos de que el dólar está muy caro, lo cual es cierto. Pero en Venezuela, hoy, el tipo de cambio es de 6.3 bolívares por dólar, mientras en el mercado negro el dólar está a 800 bolívares.

De acuerdo con información publicada en la versión on line de El País, los pocos que logran que el gobierno les venda dólares a precio oficial son los cercanos al régimen, y se hacen ricos al instante simplemente por la diferencia de los tipos de cambio.

El bolívar oficial vale una centésima de lo que cuesta en el mercado negro.

Hacia allá hubieran llevado a México los que estuvieron a seis y medio puntos de ganar, impulsados por una prensa que lo ve todo mal pero no se ocupa de hacer comparativos.

Ese es el destino de una economía sin Banco Central autónomo como la quiere López Obrador, con control de cambios y control de precios.

En Venezuela, por lo elevado de la inflación, no se reciben billetes de baja denominación, los grandes escasean, y por el control de precios no hay suficientes productos en el mercado por lo que es necesario hacer colas de horas para recibir un rollo de papel de baño, racionado.

De la que nos libramos. Y todavía tienen la desvergüenza de criticar que en México sólo vamos a crecer a 2.3 por ciento.

Tomado de El Financiero