El Bronco enseña el cobre: el populismo

Nuevo León es uno de los estados más modernos y pujantes en México. Ya sea por su ubicación privilegiada o ya por la tradición empresarial, Nuevo León está siempre a la vanguardia y con los mejores indicadores en cuanto a la situación comercial, económica y de desarrollo.

En el otro extremo, Chiapas es una entidad con gran atraso económico y educativo. Es un estado que, a pesar de sobrevivir por el turismo, concentra algunas de las comunidades más pobres a nivel nacional.

En este momento, Nuevo León es gobernado por Jaime Rodríguez Calderón, el primer mandatario independiente. Rodríguez, asegura, llegó al poder porque los ciudadanos se dijeron cansados de las trampas y de las corruptelas de los partidos políticos tradicionales.

Chiapas, por su parte, es administrado por Manuel Velasco; quien en 2012 se convirtió en el primer militante del PVEM en ganar una gubernatura.

Nuevo León se divide en 51 municipios; uno de éstos es Monterrey –la capital del estado que– que hoy gobierna el priísta Adrián de la Garza.

Chiapas tiene 122 municipios oficiales, entre los que destaca Comitán de Domínguez, uno de los más pobres del país y que administra el alcalde del PVEM, Mario Guillén Domínguez.

En Monterrey, Jaime Rodríguez advirtió que el pueblo no puede ni debe esperar que el gobierno resuelva todos sus problemas que afectan. Según Rodríguez, los ciudadanos deben colaborar con las autoridades: “Si ven un bache, no sean gachos, tápenlo, si está frente a su casa, tápenlo” invitó El Bronco.

En Comitán de Domínguez, los habitantes de la colonia Valle de Balún Canán se organizaron para pavimentar los 130 metros de largo y 7.5 metros de ancho de una calle de su barrio.

En Nuevo León, el Bronco asegura que comprar un kilo de cemento equivale a un gasto de tres pesos y que la acción de pavimentación es sencilla.

En Chiapas, los ciudadanos que –por segunda vez–, pavimentaron una calle con recursos propios invirtieron 450 mil pesos y varios días de obra.

En Nuevo León, el gobernador dice trabajar a favor del pueblo, dice no regirse por ningún partido político y dice que su administración es diferente y dará resultados.

En Chiapas, el gobernador y todos los alcaldes olvidaron sus promesas de campaña y hoy trabajan por sus propios intereses. Por eso, algunos ciudadanos deciden hacer lo que las autoridades no han hecho.

¿Será, acaso, que el Bronco quiere que sus ciudadanos sigan el ejemplo de Chiapas? ¿querrá el Bronco que los neoloneses resuelvan lo que él no puede o no quiere resolver? ¿El Bronco de Nuevo León hará como el gobierno de Chiapas y se olvidará de su pueblo?

No hay duda, los pobladores de Comitán de Domínguez merecen el reconocimiento de todos. Pero también es cierto que las autoridades que no hacen lo que les corresponde merecen un abucheo colectivo.

Por eso insistimos, ¿querrá el Bronco que Nuevo León siga los pasos de Chiapas?