Educación… ¿para 2018?

Reforma educativa y cambios en el gabinete

Dos sucesos políticos han ocupado las páginas de los medios en las últimas semanas. El primero de ellos concierne al tema de la educación, particularmente al controvertido tema de la evaluación a los docentes y el Programa de Mejoramiento de Infraestructura Educativa. El segundo son los cambios en los gabinetes de la administración federal y estatal. ¿Cómo se vinculan estos dos sucesos y por qué debería importarnos dicho vínculo?

Sobre los movimientos en los gabinetes de la administración federal y estatal se ha acusado en diversas ocasiones la ausencia de una explicación de los cambios: ¿los relevos de los funcionarios públicos en cuestión se llevaron al cabo por un mal funcionamiento de sus áreas de competencia?, ¿los nuevos funcionarios son conocedores y competentes en sus nuevos espacios laborales o no importa el perfil de quien dirija una secretaría de Estado?, ¿qué es lo que motivó los cambios, una modificación en el rumbo de las administraciones, o fueron reacomodos con miras a las elecciones de 2018? Dos de los cambios que más llamaron la atención fueron los nombramientos de Aurelio Nuño Mayer, ahora encargado de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y Víctor Caballero Durán, responsable actual de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (Segey).

En estas líneas no abordaré si Nuño y Caballero son las personas más adecuadas para los importantes cargos que actualmente ocupan. Lo que sí quiero señalar es que ambas son figuras muy cercanas a los responsables del Ejecutivo federal y estatal, respectivamente. Recordemos que Nuño se desempeñaba como jefe de la Oficina de la Presidencia de la República y Caballero era el secretario general de Gobierno de Rolando Zapata —no falta quien advierta que Caballero es quien “mueve los hilos” del poder, como expresó “Reporte Índigo” (11-2-15).

Otra característica compartida por Nuño y Caballero es que ambos figuran como posibles candidatos al gobierno de la República, el primero, y al gobierno del Estado, el segundo. Si bien la Secretaría de Educación ha sido desde su creación una de las secretarías más importantes en México, las designaciones de Nuño y Caballero nos hacen pensar que dicha institución será clave en el proceso político rumbo a 2018. Veamos por qué.

1. En primer lugar, los secretarios de Educación federal y estatales tendrán que lidiar con uno de los actores políticos más movilizados en el país: los maestros. La reciente reforma educativa ha puesto un marcado énfasis en la evaluación de los docentes como un punto clave en la “calidad educativa”. Ciertamente lo es, pero, como ha observado atinadamente el experto en temas educativos Manuel Gil, de El Colegio de México (Colmex), no es el único aspecto importante: los profesores no son los responsables exclusivos del desastre educativo del país, también juegan un papel importante el currículum, los programas de estudio, las autoridades educativas, los pactos corporativos y, añadiría, la concepción formalista de la educación que busca satisfacer más a los organismos de acreditación y certificación que a la calidad educativa.

¿Por qué si hay tanto que cambiar en materia educativa el énfasis se ha puesto en la evaluación de los docentes?, ¿hay motivaciones políticas en ello? Recordemos que poco antes de las elecciones de junio de este año, la SEP suspendió de manera indefinida la evaluación a los docentes, misma que retomó pasadas las elecciones. ¿La razón del poder se impone a la razón educativa?

Recordemos también que en el pasado mes de julio se reestructuró el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) con el objetivo de “modernizar” el sistema educativo oaxaqueño. Más allá del fin declarado de “modernizar” y de que el Estado recupere la “rectoría” de la educación, es muy claro que la reestructuración del IEEPO fue un claro golpe a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), uno de los actores más movilizados en contra de las reformas estructurales del gobierno federal. De lo que se trató fue de quitarle a la CNTE una de sus principales fuentes de poder (particularmente de financiamiento). El operativo fue diseñado —de acuerdo con Carlos Loret de Mola (DY 22-7-15)—, precisamente, por Aurelio Nuño junto con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

¿Qué ha pasado con los maestros que se han opuesto a la evaluación y han decidido no ser evaluados? La semana pasado Nuño informó que 291 profesores y técnicos docentes de nivel básico y medio superior serían “cesados” de forma definitiva del servicio docente por no haber presentado la evaluación diagnóstica aplicada en agosto pasado; del mismo modo, declaró que quienes sí presenten la evaluación permanecerán en el servicio docente independientemente de las calificaciones obtenidas. ¿Puedes ser un maestro mal evaluado y permanecer en el servicio docente? Parece que sí. ¿Puedes ser un buen profesor, resistirte a ser evaluado y por ello ser “cesado”? Parece que también.

2. Otro tema sobre el que hay que estar muy atentos es el del Programa de Mejoramiento de la Infraestructura Educativa (PMIF), “el programa más ambicioso que se haya tenido en las últimas décadas para mejorar la infraestructura escolar”, de acuerdo con Nuño. Este programa, diseñado por la Secretaría de Hacienda, obtendrá un cuantioso financiamiento a través del Fondo de Aportaciones Múltiples (50 mil millones de pesos). De lo que se trata con este programa, según Nuño, “es traer recursos del futuro al presente”. Los recursos de los próximos 20 años se utilizarán en los próximos tres. Según el secretario de Educación, este mecanismo no es deuda, aunque, como ha escrito el reconocido economista del Colmex, Gerardo Esquivel, sí lo es.

Invertir en infraestructura educativa es algo fundamental y urgente, sobre todo cuando, en el caso de Yucatán, nuestras escuelas están “en el abandono” (DY 16-10-15): el 16% de las aulas en las escuelas públicas del Estado tiene fisuras y cuarteadoras graves y el 15% tiene goteras en sus techos (Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial). ¿Qué objeción se le podría hacer a esta noble tarea?

Hace unas semanas, el Congreso del Estado aprobó por mayoría la autorización para que el Ejecutivo estatal participe en el PMIF y obtenga alrededor de mil millones de pesos para invertir en infraestructura educativa. No hubo análisis ni discusión crítica en el Congreso; la “oposición” se desdibujó (sólo la diputada de Morena votó en contra). Hay que estar atentos: ¿en qué y cómo se usarán en los próximos tres años —de aquí a 2018— los mil millones de pesos?, ¿es mera casualidad que se estén destinando millonarios recursos a la educación y que más de un secretario de Educación figure como posible candidato para 2018?, ¿es también casualidad que Héctor Gutiérrez de la Garza, diputado cercano a Manlio Fabio Beltrones, haya sido designado titular de la Dirección General del Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa?, ¿educación para 2018?

“Para este gobierno la prioridad es la educación”, declaró hace poco Nuño. Eso queda claro. Esperemos que sea la educación para la formación científica, técnica, humana y crítica de los ciudadanos y no la educación con fines electorales. A los ciudadanos nos queda vigilar el desempeño de la educación, la transparencia del gasto en infraestructura y que la reforma educativa no se use como arma política, particularmente en estos próximos tres años.— Mérida, Yucatán.

[email protected]