Para triunfar como candidato independiente en una elección, se requiere de una gran cantidad de recursos y del apoyo de una amplia base social con el fin de paliar la falta de respaldo de un partido político.
Quizá por ello, no es casualidad que un líder sindical sea diputado de la Asamblea Constituyente. Se trata de Ismael Figueroa, dirigente del Sindicato de Bomberos, quien este martes dejó claro que el respaldo del gremio que encabeza lo llevó a conseguir su escaño.
Por la mañana, Figueroa, lideró una marcha en la que participaron más de 800 bomberos, rescatistas y paramédicos. Los manifestantes partieron desde la Central de Bomberos, ubicada en Calzada La Viga y Avenida Fray Servando Teresa de Mier, y marcharon hasta la antigua Casona de Xicoténcatl, donde sesiona la Asamblea Constituyente, con el fin de respaldar dos iniciativas presentadas por su representante.
Posteriormente y ya frente a la Asamblea, Figueroa presentó sus iniciativas, una de las cuales propone la creación de una Secretaría de Bomberos, mientras que la otra busca la mejora de las condiciones laborales de policías y elementos de seguridad privada a través de medidas como la eliminación de los turnos de 24 por 24 horas.
Pero más allá de lo viables o inviables que puedan resultar las iniciativas presentadas por Figueroa, es de llamar la atención la forma en que el líder del Sindicato de Bomberos “enseñó el músculo”. Y es que si con su voto, los bomberos lograron colocar en la Asamblea Constituyente a un representante de sus demandas e intereses, la marcha —con sus consiguientes afectaciones a la circulación— luce como una forma de presión adicional.
Por otro lado, y en observancia de las deficiencias que expertos atribuyen al proyecto de constitución, cabe preguntarse ¿Será prioridad para la Constitución de la Ciudad de México la creación de una Secretaría de Bomberos? ¿Tomarán en cuenta las propuestas de Figueroa los grupos parlamentarios? ¿Figueroa legisla para todos los capitalinos, o sólo para los intereses de su gremio?
