Después de la sacudida, el verdadero tamaño de la CNTE

Cada vez son más los que dicen que la CNTE ya no tiene la presencia que antes tuvo.

El lunes pasado, los sectores más radicales del magisterio llamaron a paro. Según dijeron, tomarían las calles y exigirían un acercamiento con el titular de la SEP: el secretario Aurelio Nuño.

Sin embargo, salvo contados incidentes violentos, la presencia de la CNTE –y agrupaciones similares– fue menor.

En la ciudad de México, los manifestantes hicieron ruido. Nada más. En los estados, apenas se sintió su presencia.

En estas movilizaciones, la CNTE se vio obligada a marchar despacio, a separar sus contingentes y ha implementar todo tipo de tácticas y tretas para simular que sus números eran, por decirlo suave, relevantes.

¿Qué le pasó a la CNTE? ¿Por qué parece que ya no tiene el poder de convocatoria de antes?

Aquí creemos que la considerable reducción de la CNTE tiene que ver con la desarticulación del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, del IEEPO.

Y es que, si la Coordinadora ya no tiene el control de la dependencia que paga los sueldos, la que maneja las plazas y la que garantiza la estabilidad laboral de los trabajadores de la educación, entonces, se reducen los incentivos para salir a las calles a marchar.

O si lo prefiere, que ya sólo se movilizarían los que viven –o vivían– de las prerrogativas de la CNTE. Mientras que el resto de los maestros –que vivían secuestrados por mafia de la Coordinadora– no tendrían interés en tomar las calles.

Todo indica que el gobierno federal cometió un acierto al desarticular al IEEPO. Tal parece que la autoridad hizo bien al cerrar el flujo de efectivo y la influencia de la CNTE. Ahora, sólo queda esperar a que, con el control educativo en Oaxaca, los niños de ese estado tengan acceso a una educación de calidad.