Del Gobierno al banquillo de los acusados

Algunos políticos parecen creer que el poder es para siempre y que son intocables; que pueden andar por la vida haciendo lo que quieren pero al final –como dice el dicho– “les sale el tiro por la culata”.

Lo anterior parece tenerlo muy claro el expresidente de Brasil —Luiz Inácio Lula da Silva—, quien este viernes fue detenido –y después puesto en libertad– tras verse involucrado en el caso de lavado de dinero y corrupción de la petrolera brasileña Petrobras.

Hoy más que nunca es evidente que aunque hay políticos —como Lula–, que en su momento fueron amados, respetados y tuvieron alta popularidad, el tiempo logra convertirlos en poco menos que traidores.

Irónicamente, Lula no es el único brasileño que circula por esta ruta. Su sucesora, la otrora popular Dilma Roussef, también es investigada por los presuntos beneficios –políticos y económicos–, que habría recibido con las corruptelas de Petrobras.

De hecho, los de Lula y Dilma no son los únicos casos. Aquí presentamos algunos de los más célebres:

Cristina Fernández de Kirchner: La expresidenta argentina fue citada a declarar –el próximo 13 de abril–, por supuesta “defraudación al Estado”. Cristina Fernández es investigada por vender dólares a futuro. Pero estos no son los únicos escándalos –o delitos– a los que la argentina estaría ligada; también se le acusa de proteger a los responsables del asesinato del fiscal Alberto Nisman; quien, a su vez, la acusó de proteger a un grupo que atentó contra la Asociación Mutua Israelita Argentina.

Además el expresidente argentino –Carlos Menem– aseguró que Cristina Fernández habría matado a su marido –y expresidente– Néstor Kirchner; para quedarse con el poder.

Otto Pérez Molina: El expresidente de Guatemala se vio obligado a renunciar después de que se giró una orden de captura en su contra por corrupción, asociación ilícita y defraudación aduanera. Hasta ahora —además de darse a conocer los lujos de Pérez Molina, quien se encuentra en prisión preventiva–, su familia también es investigada por malversación de fondos.

Michelle Bachelet: A la presidenta de Chile la persigue una sombra de corrupción. Al inicio de su segundo mandato se dio a conocer que su hijo —Sebastián Dávalos y su nuera, Natalia Campagnon–, habrían falseado su declaración de impuestos. Además, de que Sebastián Dávalos habría realizado negocios poco claros a su paso como director del Área Sociocultural de la Presidencia.

El suceso impactó a los chilenos pues la mandataria se vio obligada a reconfigurar su gabinete y a apostar por la austeridad y la lucha contra la desigualdad.

Augusto Pinochet: El dictador chileno —quien fue designado jefe del Ejército de Chile por el propio presidente Salvador Allende, a quien derrocó años después–, fue procesado por violaciones a los derechos humanos. Pinochet enfrentó varios procesos internacionales pero los chilenos fueron quienes, al final del día, se encargaron de juzgarlo.  

Alberto Fujimori: El expresidente peruano —que gobernó de 1990 a 2000—, fue acusado de malversar 600 millones de dólares, además de que lo señalaron por evasión de impuestos y corrupción. A pesar de que Fujimori trató de dimitir como presidente de Perú, en realidad fue destituido por el Congreso de aquel país. Años más tarde, en 2009, fue condenado a 25 años de prisión por delitos de asesinato con alevosía, secuestro y lesiones; además lo condenaron otros siete años por peculado, apropiación de fondos públicos y  falsedad en agravio del Estado.

Infanta Cristina: En un inédito, la infanta Cristina de Borbón fue sentada en el banquillo de los acusados por supuestamente cooperar –y encubrir– los delitos fiscales de su esposo, Iñaki Urdangarin. En este momento siguen las investigaciones y la Infanta Cristina tendrá que demostrar si en realidad tiene las manos limpias.

Efraín Ríos Montt: Al político y general guatemalteco —de 89 años de edad—, quien gobernó de facto el país entre 1982 y 1983, le dictaron —en 2013— 80 años de prisión por genocidio y crímenes contra la humanidad por la matanza de mil 700 indígenas. Debido a su demencia senil, Ríos Montt fue sometido a un juicio especial.

Pavlo Lazarenko: El exprimer ministro de Ucrania fue declarado culpable y condenado a prisión —en Estados Unidos— por fraude, blanqueo de capitales y extorsión. Se le acusó de haber robado 200 mil millones de dólares.

Jean Claude-Duvalier: Con la muerte del expresidente de Haití—en 2014—no se pudieron esclarecer los crímenes de lesa humanidad y desfalco por los que fue acusado. Al “presidente vitalicio”—como él se declaró—se le atribuye la muerte, desaparición y tortura de miles de haitianos opositores, además de un robo de hasta 800 millones de dólares.  

Arnoldo Alemán: Quien fuera uno de los presidente más queridos de Nicaragua tuvo que ser encarcelado por haber desfalcado al Estado con unos 25 millones de dólares. Además se le acusó de ofrecer favores judiciales y nepotismo.

Joseph Estrada:  El expresidente de Filipinas—y también actor—fue perseguido por presuntos escándalos de corrupción y soborno por lo que fue destituido como titular del ejecutivo filipino.