¿De veras se acabó el paro?

Desde el 14 de abril, los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional se encuentran en paro de actividades.

Desde ese día, los líderes del movimiento aseguraron que el paro sería de 48 horas. No obstante, su protesta se prolongó por poco menos de un mes.

Desde el principio, los alumnos pidieron hablar con las autoridades del Politécnico y de la Secretaría de Educación Pública para llegar a un acuerdo sobre la forma en que el instituto aparecía en el organigrama de la SEP.

Fue así como los estudiantes del IPN exigieron un diálogo con Aurelio Nuño –titular de la SEP– y con Enrique Fernández Fassnacht –director del IPN–; un acercamiento que programaron para el jueves 5 de mayo.

Ante la demanda estudiantil, el secretario de Educación y el director del colegio aceptaron la reunión y dijeron que se llevaría a cabo en las instalaciones de la SEP.

Sin embargo, los estudiantes demostraron lo poco que les importa la educación y no se presentaron al encuentro. En su lugar, exigieron que la reunión se llevara a cabo en las instalaciones del Politénico y, ante la negativa de las autoridades, alargaron la protesta durante algunos días.

No hubo argumentos que justificaran la falta de los representantes estudiantiles a la reunión con Aurelio Nuño, pero sí hubo la exigencia de otra junta con el titular de la SEP.

Y en medio dle estira y afloja, este lunes se anunció que las actividades en el IPN se reanudarían –a partir del miércoles– luego de una mesa de negociación de más de 12 horas.

El diálogo se realizó a puertas cerradas, comenzó a las 16 horas del domingo y finalizó a las 4 horas del lunes. A pesar de la duración, se dijo que los pliegos petitorios de cada plantel en paro serán resueltos en otra mesa de trabajo.

no hay duda, los alumnos viven el cuento de nunca acabar. Entre exigencias y desacuerdos se valen para dejar sin clases a miles de alumnos que no necesariamente están de acuerdo con las determinaciones de sus representantes.

Por eso, no sobra preguntar, ¿ahora sí se levantará el paro? ¿No será que los alumnos del Politécnico encontrarán –pronto– una nueva justificación para perder más días de clases?