De los caminos de Michoacán a los engaños de Michoacán

A partir del lunes, en Michoacán se han registrado bloqueos carreteros e incendios de negocios y camiones en diferentes puntos del estado.

El lunes..

  • En Tierra Caliente, los pobladores impidieron el paso en carreteras y quemaron vehículos. El saldo fue de 12 personas detenidas y 12 automóviles calcinados.
  • En Zamora incendiaron una tienda Aurrera y una gasolinera.
  • En Uruapan las tiendas de autoservicio Oxxo suspendieron su actividad.
  • En Parácuaro, un comando armado secuestró un camión de cervezas.

El martes…

  • Los narcobloqueos continuaron y se registraron enfrentamientos entre maestros y policías.

Según el gobernador Silvano Aureoles, Los Viagras estarían detrás de la violencia. Además, dijo que los delincuentes responden a los intentos de la autoridad por restablecer la seguridad en la región con el programa “Michoacán sin armas”.

Según Aureoles, todo está bajo control.

Hasta el momento hay 22 detenidos.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Mario Arroyo –experto en temas de seguridad–, explicó que la crisis de seguridad en Michoacán se mantiene porque el estado carece de rumbo.

En otras palabras, que Michoacán sigue en estado crítico debido a que en el estado opera la misma policía corrupta, a que se mantiene la misma estructura económica infiltrada por el crimen organizado y a que sigue gobernando la misma clase política coludida con los delincuentes.

Si las fuerzas de seguridad, la estructura económica y la clase política mantienen los mismos vicios, entonces sería terco esperar que Michoacán deje de ser el principal productor de drogas sintéticas del país, que deje de ser la principal zona de ingreso y de paso de las drogas que vienen del extranjero y que deje de  ser el estado con más extorsiones o el número 26 en cuanto a la incidencia delictiva.

Si las condiciones de gobierno son las mismas, también las condiciones delictivas en el estado serán las mismas; sentenció Arroyo.

Ante esta situación, el gobernador Silvano Aureoles –quien apenas tiene meses en el cargo–, ha respondido acomodando a sus amigos en espacios de influencia y poder –el actual secretario de Seguridad Pública es el mismo que se encargó de la seguridad de Zitácuaro cuando Aureoles fue alcalde hace 15 años–, y privilegiando la farándula en vez del gobierno.

Además, la estrategia de seguridad en Michoacán sigue siendo de coyuntura –no permanente–, sigue centrada en la detención de los cabecillas –pero no en el debilitamiento de las cadenas productivas– y sigue siendo un proyecto para las cámaras y los micrófonos. Y es que, explicó el especialista, cuando los medios y la opinión pública no están atentos a lo que ocurre en Michoacán –como ocurre ahora–, el estado se convierte en tierra de nadie donde no hay policías, marinos ni soldados.

A este coctel del desastre sólo falta agregar la apatía de la sociedad civil que no se organiza, que no presiona y que parece no tener interés en sacar a Michoacán de la crisis que vive.

En esta lógica, con una clase política indolente y sin visión de Estado, con una sociedad desinteresada y con estrategias de seguridad incompletas que dicen que cambian pero no cambian nada; ¿a quién sorprende que el estado siga siendo un polvorín?