De las Barbosadas al “pendejo”… exhiben la miseria de los legisladores

Algo muy grave ocurre cuando el ex presidente de un partido político “pendejea” al ex presidente del Senado de la República.

La historia, por todos conocida, tiene que ver con el impuesto a las bebidas azucaradas.

Como seguramente sabe, los diputados intentaron reducir el llamado impuesto al refresco.

Sin embargo, los senadores no estuvieron de acuerdo y regresaron el cobro impositivo a su nivel original.

No obstante, mientras se construía un acuerdo, el senador perredista Miguel Barbosa acusó al panista Gustavo Madero de ser el operador de las refresqueras en la Cámara de Diputados.

En respuesta, Madero escribió en su cuenta de Twitter que el perredista debía dejar de mentir y de decir “Barbosadas”.

Fue entonces que los ánimos se encendieron y Barbosa acusó a Madero de haber enloquecido, mientras que Madero llamó pendejo a Barbosa.

Por donde se vea, resulta cuestionable que los diputados intenten modificar un impuesto pero no reconozcan la paternidad de la “criatura”.

Sin duda, es igualmente reprobable que un legislador acuse a otro –de lo que sea–, sin tener las pruebas en la mano.

Pero es incluso peor que Madero y Barbosa terminen la discusión con insultos.

¿Es ése el tamaño de nuestros legisladores?

¿Qué podemos esperar de políticos de esa estatura?

Evidentemente, es de llamar la atención que Madero fuera presidente nacional de su partido –el PAN– y que Barbosa presidiera el Senado de la República. ¿Es ése el tamaño de los políticos mexicanos?