Cuando los aeropuertos juegan malas pasadas…

En 2015, la directora española María Ripoll lazó su película Ahora o Nunca, en donde cuenta la historia de dos novios, Eva y Álex, que están a punto de casarse y deciden hacer su boda en el lugar donde se conocieron: un pequeño poblado en Inglaterra.

De este modo las familias y los amigos de los novios deberán trasladarse para acompañar a la pareja en el feliz evento.

Sin embargo, las cosas empiezan a salir mal cuando el vestido de novia no está listo en la fecha de entrega y Eva tiene que adelantarse sin Álex a Inglaterra, pues él se queda a esperar el atuendo con la promesa de alcanzarla en dos días, con todo y los invitados.

Pero todo vuelve a salir mal y cuando llega la hora de que todos partan de España, se encuentran con una de sus peores pesadillas: una huelga de pilotos y no hay vuelos disponibles. Así, inútilmente los personajes deben esperar a que se resuelva el conflicto, pero eso no ocurre.

Más tarde tendrán que tomar diferentes caminos para llegar a la boda… Y todo por un contratiempo en el aeropuerto.

Resulta curioso que en la vida real, también en España un gran grupo de personas atraviese por un problema similar: no poder salir de aquél país.

En este caso, el conflicto se debe a una sobreventa de pasajes “sujetos a espacio”, por lo que hay cerca de 200 mexicanos que tienen quince días esperando regresar su país y por lo que se sabe, la espera va para largo.

De este modo, están en riesgo trabajos, exámenes, juntas laborales, lugares en escuelas, y un sin fin de situaciones que no se previeron a la hora de comprar los boletos.

Alejandro Alba es maestro de la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y el lunes tiene que estar presente en el examen profesional de uno de sus alumnos, de no llegar, el estudiante podría no titularse… Y como éste hay más de 150 casos similares.

En la película de María Ripoll, Ahora o Nunca, el final para los personajes resultó feliz, porque tuvieron otras alternativas para salir de España…

En la vida real, los mexicanos varados en el aeropuerto de Barajas no tienen más opciones que la espera, pues no hay cupo pero tampoco hay dinero… Y lo lamentable es que esta situación se repite año con año.