CONGRESO ADELGAZADO PUEDE SER IGUAL O MÁS PRODUCTIVO

A horas del arranque la LXIII Legislatura, el reclamo más frecuente –en contra de los nuevos diputados– es el dispendio de recursos públicos.

Y no es para menos.

Si bien se conoce que la Legislatura saliente logró una producción récord de leyes y reformas, también es del dominio público que muchos diputados se comportaron como verdaderos pillos y se enfocaron en servirse del presupuesto y del dinero público.

Por eso, aunque la LXIII Legislatura tendrá como pendientes aprobar el presupuesto para 2016, las leyes de Obra Pública, las leyes secundarias en materia de combate a la corrupción y las que tocan al decálogo de seguridad…

Y aunque los nuevos diputados también se involucrarán en una serie de nombramientos en la Suprema Corte, el INEGI, el Banco de México y el Tribunal Electoral…

Lo cierto es que el mayor pendiente de los legisladores es la rendición de cuentas y el ahorro.

En entrevista para La Otra Opinión, Gerson Hernández Macalco –académico de la UNAM–, explicó que no existe una relación directa entre el trabajo legislativo y la generación de recursos. O si lo prefiere, que un Congreso adelgazado podría ser igual o más productivo que el ente opaco al que estamos acostumbrados.

La ruta hacia la transparencia es, en opinión del especialista, la pluralidad política. Por lo anterior, como el escenario es distinto al de hace tres años y nos encontramos en la recta intermedia hacia la sucesión presidencial, no debiera extrañarnos que el reclamo de transparencia y de rendición de cuentas herede una Legislatura menos productiva que la anterior.

No obstante, para Hernández Macalco, esta situación sería de menor importancia. Después de todo, la prioridad del Congreso debiera ser recuperar la confianza de sus representados.