Con AMLO, todo queda en familia

En su declaración 3 de 3, Andrés Manuel López Obrador afirmó haber donado todas sus propiedades a sus hijos. Sin embargo, para muchos esta versión no resultó convincente.

Poco después de la publicación del 3 de 3 de AMLO, el periódico Excélsior reveló que el tabasqueño cedió a sus hijos la propiedad del rancho “La Chingada” bajo usufructo vitalicio, una figura en la que— aunque el líder de Morena no aparece como propietario legal—, puede disponer a su gusto de la finca.

Más tarde, el periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó una investigación en la que afirma que López Obrador aún es dueño de dos departamentos ubicados en Copilco, en la delegación Coyoacán, mismos que omitió mencionar en su declaración patrimonial.

No obstante, el tabasqueño arremetió contra el medio norteamericano y entabló una demanda por daño moral pues argumentó que, tras la muerte de su esposa en 2003, él donó a sus hijos la parte de los departamentos que le correspondía, y que estas propiedades se encuentran en un maratónico juicio testamentario, por lo que no son suyas.

La demanda presentada por el líder de Morena demuestra que, a pesar de las especulaciones, para él, todo queda en familia… Pero no porque la demanda refute lo dicho por The Wall Street Journal, ni porque compruebe que López Obrador efectivamente donó la propiedad a sus hijos.

Tras hacer una revisión de la demanda presentada por López Obrador, el periódico La Razón encontró que el notario que tramitó la cesión de los departamentos de López Obrador fue ni más ni menos que su sobrino, Adán Augusto López Hernández. En el documento se hace constar que fue López Hernández quien expidió la escritura de donación el 10 de abril de 2003, en el estado de Tabasco, en donde se encuentra su notaría.

Pero López Hernández no sólo se dedica a notariar los documentos de su tío. También es senador con licencia del PRD y líder de Morena en Tabasco, pues cabe recordar que López Obrador maneja al partido como su propiedad y —aparentemente— también lo comparte con su familia.

Ante esto, muchos se preguntan, ¿Habrá incurrido López Obrador en un conflicto de intereses con su notario y sobrino?

Y por otro lado, ¿No es precisamente del uso de estas influencias de lo que tanto se quejó López Obrador a propósito de la Casa Blanca de la primera dama?