Este martes, el gobierno federal anunció que adelantaría un año la importación de combustibles. Es decir, que a partir de abril habrá competencia en la venta al público de combustibles.
Sin duda, estamos ante buenas noticias.
Durante décadas, muchos exigieron que la venta de gasolinas respondiera a las fuerzas del mercado. Durante años, muchos pidieron alternativas para comprar combustible. Durante algún tiempo, muchos se inconformaron ante las prácticas monopólicas de Petróleos Mexicanos.
Y ahora, con este adelanto en uno de los pasos clave de la reforma energética, el gobierno federal atiende el reclamo y alienta la competencia en el mercado gasolinero.
Lo curioso, sin embargo, es que pareciera que el mensaje del presidente no es sólo para los mexicanos. En realidad, todo indica que Peña Nieto habla hacia fuera. ¿Por qué?
Porque las medidas de austeridad, los recortes y la apertura en el mercado de la gasolina son, en los hechos, señales de solidez económica e invitaciones a invertir a México.
Por eso, contrario a lo que algunos dicen, aquí creemos que es saludable que el gobierno mexicano atienda los reclamos de apertura comercial en la industria gasolinera y advierta al mundo que México está listo para recibir inversiones.
