Colima, crónica de un fracaso anunciado

El 13 de octubre del año pasado, en Colima, el exgobernador Fernando Moreno Peña fue víctima de un atentado.

En esa misma fecha, en este espacio platicamos con el Doctor Francisco Rivas; quien nos dijo:

“Las mejoras aparentes en la incidencia delictiva en colima han sido estéticas. La presencia del crimen organizado en aquella entidad es contundente. Por ello, más allá de los motivos que detonaron el ataque al ex gobernador Moreno Peña –familiares, electorales o políticos–, lo cierto es que en el corazón del asunto se encuentra el crimen organizado”.

“El control de los medios que ejerce el gobierno de colima distorsiona el tamaño real del problema del crimen organizado”.

“La falta de atención de los gobiernos federal y estatal; y la ausencia de una sociedad civil organizada, provoca la degeneración del escenario de seguridad en Colima”.

“En Colima no existen garantías de seguridad y es urgente que los gobiernos –de todos los órdenes y niveles–, presten atención a lo que ocurre en esa entidad”.

Este martes, seis meses después, los medios de comunicación publican que en colima ocurre un asesinato cada 11 horas.

Ya los remanentes de la Familia Michoacana, ya el Cártel de Sinaloa, ya el Cártel Jalisco Nueva Generación han provocado que el gobernador en funciones, Ignacio Peralta, aseguró que la situación de inseguridad en su estado es muy grave.

Y es que, en lo que va del año, en la entidad se han reportado 146 ejecuciones en Colima.

Sobre el tema, La Otra Opinión volvió a platicar con el Doctor Francisco Rivas quien advirtió que su pronóstico no obedece a las artes adivinatorias sino a un análisis simple que cualquiera que preste atención a la naturaleza e incidencia delictiva, podría llevar a cabo.

En este momento, sentenció Rivas, México está en riesgo de normalizar los fenómenos delincuenciales.

Es decir, que con alguna frecuencia prestamos atención a uno o dos estados con actividad criminal inusual, para luego ignorarlos y dejar que “pasen de moda”.

Este fenómeno lo hemos visto en Colima, Tamaulipas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán. La atención colectiva suele concentrarse en estas entidades durante un tiempo; no obstante, al paso de los días la presión se diluye y los problemas de inseguridad se mantienen.

Ahora bien, la situación de Colima –explicó Rivas–, no debería sorprender a nadie. Después de todo, los estados que colindan con esta entidad son –todos–, territorio del narco. Acaso por eso, desde el año pasado Colima ocupa el sexto lugar nacional en incidencia de robo a casa habitación.

Sin embargo, ni las autoridades ni la opinión pública han asumido que en Colima se vive una descomposición importante.

Acaso lo más grave es que frente al repunte en la actividad criminal, los alcaldes y el gobernador parecen evadir su responsabilidad.

Aparentemente, las autoridades locales preferirían voltear hacia otro lado, preferirían evitar la coordinación con otros órdenes y niveles de gobierno, preferirían maquillar cifras y preferirían omitir cualquier trabajo de inteligencia en el ámbito estatal.

Por cierto, el Doctor Rivas también llamó a voltear la mirada a Nayarit, un estado que hasta hace años, era uno de los más violentos en México. Pero que de la noche a la mañana, se colocó entre las entidades más pacíficas.

Al respecto, Rivas dijo que podría ocurrir uno de dos fenómenos:

Uno. El gobierno de Nayarit descubrió la solución al problema de los carteles criminales. O…

Dos. El gobierno de Nayarit maquilla sus cifras e intenta engañar a todos.

Como sea, en este momento –concluyó Rivas–, Nayarit y Colima son los dos estados peor evaluados en materia de transparencia en el manejo de información relacionada con la incidencia delictiva.

Y en este escenario, el único responsable, el único que debe ofrecer explicaciones y el único que debe buscar formas de contener la crisis es el hombre que pidió el voto a los colimenses, es decir, el gobernador.