CNTE, ¿resurge con la muerte?

Hasta hace días, todo parecía augurar el final de la CNTE.

Sin dinero, sin oportunidad para negociar y sin líderes visibles; el fin de la Coordinadora se antojaba como una cuestión de tiempo.

Sin embargo, en medio del descrédito y de la radicalización del magisterio disidente, la movilización de la CNTE podría recuperar el impulso no sólo para seguir vigente sino para ganar fuerza.

Como sabe, durante un intento de desalojo en Nochixtlán, Oaxaca; el enfrentamiento salió de control y dejó, al momento, seis muertos, 55 policías heridos, 53 civiles lesionados y 24 detenidos.

No está de más precisar que, según versiones, serían ocho los muertos en Oaxaca. Pero no se equivoque, los caídos en Nochixtlán son –al momento– seis. Las otras dos bajas habrían ocurrido en otro punto del estado; en hechos sin relación.

Con lo anterior, es notorio que el tamaño de la tragedia no termina de quedar claro. Todavía circulan versiones de que podría haber más heridos y no se sabe, con certeza, la dimensión de las afectaciones materiales.

No obstante, lo que ya se conoce es que previo al incidente, la CNTE encabezó movilizaciones, saqueos y movilizaciones en la zona conocida como la Mixteca de Oaxaca.

En respuesta, la autoridad envió a policías federales y agentes estatales para tratar de poner un alto a las fechorías de la Coordinadora.

A partir de ese momento, comienza el choque de versiones.

Según algunos, la policía llegó armada y reprimió violentamente la manifestación.

Según otros, como el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo; los policías armados llegaron hacia el final del choque; luego que grupos de encapuchados abrieron fuego contra los gendarmes.

¿Quién tiene razón?

Al respecto, el presidente Enrique Peña ordenó a la Procuraduría General de la República que colabore con las autoridades oaxaqueñas en el esclarecimiento de los hechos del fin de semana.

A su vez, el mandatario condenó la pérdida de vidas y ordenó a las instituciones federales de salud que también participen en la atención de los heridos.

Por otro lado, ya comienzan a sonar las voces que igualan lo ocurrido en Nochixtlán con los hechos del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero. Donde desaparecieron 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.

Es así que, mientras la autoridad trata de investigar y explicar lo ocurrido; otros ya adelantan conclusiones apuntan a la autoridad como los únicos responsables.

Evidentemente, no todos pueden tener la razón. O si lo prefiere, alguien miente.

La pregunta es, ¿quién?