Manuel Clouthier dice no a Sinaloa, ¿va por la presidencia?

En un texto bastante ambiguo –publicado en el Universal y en Noroeste–, el diputado independiente Manuel Clouthier dio a entender que no participaría en el proceso electoral de Sinaloa.

Sobra decir que en Sinaloa –y en otras partes del país– Clouthier era visto como el contendiente natural para oponerse al candidato del PRI en la elección del próximo 5 de junio.

Decimos que es ambiguo porque, en la mayor parte del texto, Clouthier se enfoca en repartir cuestionamientos al PRI, PAN y al PRD. Fiel a su costumbre, el hijo del extinto Maquío ve la paja en el ojo ajeno y olvida atender la viga que carga en el propio.

Una vez más, el empresario sinaloense acusa al panismo de su pérdida de vocación ciudadana, a la izquierda de extraviar la brújula y al priismo de perderse entre guerras intestinas.

Rumbo al final de su texto, Clouthier sugiere que abandonaría su intención de buscar el gobierno de Sinaloa. El diputado independiente escribió: “he guardado silencio en estos días sobre la sucesión sinaloense porque me niego a aceptar que me he bajado de un carro al que nunca me subí”.

No obstante, resulta curioso que Clouthier afirme que guardó silencio cuando, en lo oscurito, se reunió y negoció con otros precandidatos. Nos referimos, desde luego, al ex vocero presidencial David López y al recién ungido candidato tricolor, Quirino Ordaz. El silencio de Clouthier fue tan sonoro que incluso dejó correr imágenes del encuentro que tuvo con los priistas.

Más adelante, Manuel Clouthier regresó al punto y dijo: “he sido claro: seguiré esforzándome por aportar a la construcción de un mejor país desde la diputación federal y desde ahí crear mis opciones con tiempo, sin improvisación, con trabajo, organización y estrategia como lo hice para lograr la candidatura independiente y la diputación federal en 2015”.

Ahora preguntamos, ¿la construcción de un mejor país está peleada con un gobierno estatal? ¿la creación de opciones políticas no empata con una gubernatura? ¿no construyó Vicente Fox su candidatura presidencial desde el gobierno de Guanajuato, no lo hizo también Enrique Peña en el estado de México y no lo intenta –también– el gobernador poblano, Rafael Moreno Valle? La respuesta a cada una de estas preguntas es evidente. Por eso, donde algunos ven descartes, aquí creemos que sólo hay ambigüedad.

Finalmente, Clouthier aseguró que quienes lo conocen “saben que no estoy a favor de proyectos personales o caudillistas, sino que mi lucha es por causas y que me gusta hacer las cosas bien.”. Y por donde se vea, cuesta trabajo reconocer que una diputación independiente sea algo distinto a un proyecto personal. Después de todo, estas plataformas se construyen sobre la imagen y el reconocimiento de un “caudillo”.

Por eso insistimos, con lo que se lee, existen elementos para pensar que Clouthier sigue en contienda, que no se “bajó”, que tampoco se descartó y que, más bien, pareciera que el diputado levanta la mano para que lo tomen en cuenta en el reparto de posiciones.

Como sea, Manuel Clouthier insiste que su texto es un descarte y que no competirá por el gobierno de Sinaloa. Y entonces, no está de más preguntar, ¿qué sigue para Clouthier? ¿cuáles son las opciones que construirá “con tiempo, sin improvisación, con trabajo, organización y estrategia”? ¿a qué se refiere Manuel Clouthier?

La respuesta se antoja evidente. Si el hijo de Maquío no perseguirá el gobierno de Sinaloa, seguramente irá por la Presidencia de la República. No obstante, pareciera que el ex panista comete un error de cálculo. Y es que los gobiernos estatales –como el de Sinaloa–, son una de las mejores plataformas para construir una candidatura presidencial. Históricamente, la Cámara de Diputados no ha sido la plataforma inmediata de la que “brincan” los candidatos presidenciales. Por eso preguntamos, ¿será que Clouthier hizo bien sus cuentas?


A continuación reproducimos el texto de Manuel Clouthier:

Sinaloa en crisis

Publicado el 29 de enero.

El inicio del proceso electoral en Sinaloa da cuenta de la profunda crisis por la que atraviesan los partidos políticos. Esta crisis de los principales partidos en el estado obedece a distintas razones.

El PRI está en crisis porque sigue siendo el PRI de antaño, en una época en la que el poder está fragmentado y es más difícil mantener los modelos de control autoritario que en otro tiempo operaron.

La crisis priísta se exacerba por el conflicto que se mantiene entre el malovismo-millanismo y el poder federal. El millanismo se aferra a mantenerse un cuarto sexenio controlando el poder en Sinaloa y esto lo pretendió primero imponiendo al delfín malovista Gerardo Vargas como candidato del PRI, y fracasó; ahora lo pretenden hacer reeditando el escenario de 2010, promoviendo la candidatura de Héctor Melesio Cuen a través de la alianza PAN-PRD-Pas.

La crisis del PRI se alimentó por un mal manejo político de las dirigencias estatales y nacionales. Se les olvidó cómo es el “juego de las sillitas”. Las reglas del juego infantil decían que cuando quedaba una silla debían quedar sólo 2 jugadores de pie. En el PRI dejaron correr irresponsablemente el tiempo y provocaron falsas expectativas sin poner orden oportunamente, quedando 10 jugadores de pie cuando quedaba sólo una silla. Esto provocó que los aspirantes se pelearan por la silla y que al designar precandidato a la gubernatura dejaran a casi todos los restantes muy enojados.

Hoy ya se están metiendo zancadillas, así da cuenta el “error” que se cometió al pretender registrar extemporáneamente el convenio de coalición del PRI-Verde-Panal, por lo que ésta será posiblemente desechada restándole votos al PRI.

Por otro lado, el PAN está en crisis porque ya no es el PAN donde se pretendía influir en la formación de ciudadanía y en la democratización del país para “combatir el mal con abundancia de bien” y lograr erradicar los males del autoritarismo, patrimonialismo, abuso del poder y corrupción que nos inyectó en las venas el viejo régimen priísta. El PAN sinaloense no fue ni oposición ni gobierno, sólo cómplice.

Hoy el PAN en el estado, atrapado por el oportunismo, decidió entrar una vez más a la pepena de candidatos, buscando quién les pueda elevar la taquilla electoral aun cuando aquello signifique volver a pisotear todos los principios y valores que su ideario pregona. Ejemplo de ello es la alianza que acaba de signar con el Pas (Partido Sinaloense, que dirige Melesio Cuen) y el PRD, similar a la elección local de 2013 cuando postuló a la candidata Lucero Sánchez, quien hoy es diputada local y da cuenta por sus presuntas relaciones con el narcotraficante El Chapo Guzmán. Lo cual ha despertado las preguntas: ¿Quién propuso a la señora Lucero Sánchez para ser candidata del PAN-PRD-Pas? ¿Quién la avaló y aceptó en el PAN?

Finalmente, la crisis panista en Sinaloa se agrava con la infiltración de alfiles del malovismo-millanismo que tomaron el control corrompiendo a las dirigencias y a las bases.

De la izquierda ni hablamos. Salvo muy pocas excepciones, como la diputada Imelda Castro, del PRD, y el ciudadano José Antonio Ríos Rojo, de Morena, entre otros, son representantes de una izquierda de lucha con dignidad.

He guardado silencio en estos días sobre la sucesión sinaloense porque me niego a aceptar que me he bajado de un carro al que nunca me subí. He sido claro: seguiré esforzándome por aportar a la construcción de un mejor país desde la diputación federal y desde ahí crear mis opciones con tiempo, sin improvisación, con trabajo, organización y estrategia como lo hice para lograr la candidatura independiente y la diputación federal en 2015. Los que me conocen saben que no estoy a favor de proyectos personales o caudillistas, sino que mi lucha es por causas y que me gusta hacer las cosas bien.

“El chiste no es cambiar de amo, sino dejar de ser perros”, nos dijo Maquío. El futuro de Sinaloa dependerá de la dignidad de sus ciudadanos y no de la bondad de sus gobernantes. ¡Que Maquío tenga razón!

Diputado federal independiente

@ClouthierManuel

Tomado de El Universal