Claroscuros en seguridad: Torreslanda

Si bien el presidente de la República no es el único responsable de garantizar la seguridad de un país, la percepción de violencia impacta directamente en la popularidad de un gobierno.

A tres años del arranque del gobierno de Enrique Peña Nieto, el Maestro Juan Francisco Torres Landa aseguró que esta gestión se distingue por el olvido.

En entrevista para La Otra Opinión, el presidente de México Unido contra la Delincuencia sugirió que el gobierno federal parece convencido de que al ignorar los problemas, estos se resuelven.

Por ejemplo…

Cuando la autoridad lanza cifras de aparente mejora en la incidencia delictiva, no repara en que las encuestas de victimización y las de percepción los desmienten.

Es decir, que asumen que una reducción en las denuncias se traduce en mayor seguridad. Pero no es así.

Para Torres Landa, algunas regiones del país –como el noreste y el sureste mexicano–, viven bajo el flagelo de la delincuencia. O si lo prefiere, que ahí la percepción echa abajo las cifras del gobierno federal.

En opinión del experto, el papel de la autoridad debe ser buscar el fortalecimiento de los mecanismos de denuncia para que los ciudadanos tengan confianza y denuncien. Si el ciudadano sabe que su denuncia tendrá un efecto y que no será humillado cuando trate de exhibir un delito, entonces se comenzará a revertir el ciclo de la violencia.

Y es que en algunas regiones, existe el torcido entendimiento de que entre menos denuncias, mejor es el panorama. No obstante, eso es un error. Para Juan Francisco Torres Landa, cuando las denuncias bajan y la percepción de inseguridad aumenta, la señal que se envía es pésima.

Finalmente, el también activista social expuso tres pendientes en materia de seguridad que atañen directamente al Ejecutivo Federal:

Uno. La implementación del Número Nacional de Emergencias, el famoso 911.

Dos. El bloque de celulares en los penales. Y…

Tres. La mejora en los sistemas de monitoreo en el uso de recursos federales contra el secuestro.

Evidentemente, no todo lo vinculado con violencia y seguridad es responsabilidad del presidente. Aun así, las fallas en la materia golpean directamente en la reputación de Peña Nieto.