Cascada de renuncias

Según las cuentas de Garganta Profunda, unos 49 políticos renunciarían a sus cargos —o pedirían licencia—, antes de la elección del próximo año. Y es que los 13 gobiernos estatales que se votarán en 2016 han llamado la atención a medio centenar de diputados, de senadores, de trabajadores del gobierno federal y de otros servidores públicos en activo. Muestra de lo anterior son las tres renuncias anunciadas hace unas horas. La primera. La titular de Profeco, Lorena Martínez, quien dejará la Procuraduría del Consumidor para buscar la gubernatura de Aguascalientes. El segundo. Alejandro Murat, ahora ex titular de Infonavit. Él perseguirá el gobierno de Oaxaca. Y el tercero, Héctor “Teto” Murguía Lardizabal, quien deja de ser coordinador de Políticas Públicas del gobierno de Chihuahua para tratar de ser el próximo gobernador de Chihuahua. Por cierto, las cuentas de Garganta dicen que estos tres son los más aventajados en la contienda por el gobierno de sus estados.

A propósito de Chihuahua…

Aprovechando que Garganta se fijó en Chihuahua, no está de más señalar que algo muy extraño ocurre en aquel estado. El sábado, luego de la inauguración de la sede del PRI estatal —evento al que acudió el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones—, tres militantes de aquel partido —entre ellos el dirigente del Frente Juvenil Estatal—, fueron asesinados y calcinados. Según se dijo, Juan Francisco Valdez Ramos, de 26 años; Érick Alejandro Reyes Carreón, de 27, y Luis Fernando González Avitia, de 29 fueron vistos por última vez en la nueva sede del PRI. Luego del evento de inauguración. Los tres jóvenes aparecieron calcinados en el municipio de Guerrero, a 170 kilómetros de la capital de Chihuahua. Al botepronto, Garganta no se explica qué ocurrió en aquel estado. ¿Se trató de un ajuste de cuentas criminal? ¿Será que estamos ante el primer delito electoral de la jornada 2016? ¿Qué fue lo que ocurrió?

¿Quién engañó a los padres de los 43?

Dice Vidulfo Rosales, vocero de quienes dicen ser padres de los 43 normalistas desaparecidos, que su plantón sobre el Paseo de la Reforma fue exitoso. Dice este vividor de la protesta social que su resistencia pacífica logró que la secretaría de Gobernación y la Procuraduría General de la República dieran inicio a una nueva etapa en la investigación. En consecuencia, luego de cinco días de protesta, Vidulfo Rosales anunció el retiro de dicho plantón. Sin embargo, a Garganta no lo engañan. Si hace cinco días, los que dicen ser padres de los 43 normalistas marcharon, reclamaron y se indignaron, ¿por qué de pronto aseguran que todo está bien? ¿No será que les tomaron el pelo? ¿No será que, como muchos han dicho, alguien los tripula con fines políticos? ¿No será que más allá de víctimas… son instrumentos en una guerra electoral?

¿Por qué Tixtla?

Hace poco, Garganta Profunda realizó una encuesta: dos de tres ignoraban dónde se encuentra Tixtla. Casi nadie sabe que Tixtla es un municipio de Guerrero. Y todavía menos pueden explicar qué hay de relevante aquel lugar. Por eso, a más de uno llamó la atención la virulencia con que un grupo de radicales trataron de tumbar la elección. En el primer intento -el siete de junio—, los rijosos tuvieron éxito. El Tribunal Electoral decidió echar abajo la elección. Sin embargo, en esta segunda votación, las eventualidades fueron pocas y el proceso fue válido. Aun así, hubo algunos que quisieron hacer trampa. Por eso, Garganta cuestiona, ¿Qué tiene Tixtla que hace que tantos quieran frenar la elección? ¿Esta necedad tendrá alguna relación con la Normal de Ayotzinapa? Después de todo, este centro de adiestramiento guerrillero se encuentra en Tixtla. Y todo el mundo sabe que al interior de esa dizque escuela, se construye buena parte de la protesta en contra del gobierno del presidente Peña. ¿Será, entonces, que detrás de la aparente obsesión con la elección de Tixtla existe un interés político? ¿será que manos interesadas quieren quedarse con el control del municipio para poder hacer con él lo que quieran?