Campaña de estiércol en Colima

Al inicio de su campaña, el candidato del PAN al gobierno de Colima, Jorge Luis Preciado, aseguró que no echaría mano de la llamada guerra de lodo: “El lodo se cae solo, solamente hay que esperar que se seque y como no hay lluvias se cae solo”, dijo el abanderado azul.

A finales de noviembre, el aspirante priista al gobierno de Colima –Ignacio Peralta–, advirtió: “no sabemos hacer guerra sucia, no nos gusta la guerra sucia, no la hacemos y por lo tanto nos deslindamos de todo lo que en este momento está apareciendo de guerra sucia”.

Sin embargo, todo indica que tanto Preciado como Peralta hablaron de dientes para fuera.

Y es que, en este momento, en Colima no sólo se vive una guerra sucia; en aquella entidad las campañas son el ejemplo más claro de que cuando alguien avienta estiércol a un ventilador… todos se embarran.

El escándalo más reciente estalló gracias a un video –difundido en medios locales– donde un hombre llamado José Manuel Santana Vírgen asegura que fue atropellado por una una camioneta del candidato priista, José Ignacio Peralta.

De acuerdo con Santana Vírgen, en mayo pasado, la camioneta –donde habría viajado el propio Peralta–, le habría cerrado el paso cuando él –Santana–, conducía su motocicleta. La supuesta víctima asegura que los tripulantes del vehículo –Peralta incluído–, habrían conducido en estado de ebridad. Además, el hombre argumenta que el equipo de Peralta se negó a prestar ayuda y a pagar por las lesiones.

El hecho obtuvo notoriedad luego que Francisco Rodríguez –vocero del candidato del PAN–, lo mencionó durante una rueda de prensa. En respuesta, Rogelio Rueda –dirigente del PRI en Colima–, negó que Ignacio Peralta estuviera vinculado al hecho. Además, la dirigencia del PRI difundió otro video en donde un Aurelio Valencia Fernández aseguró que viajaba en la misma motocicleta que José Manuel Santana y negó que Ignacio Peralta hubiera conducido o viajado en la camioneta que –supuestamente– los arrolló.

En esa misma lógica, el candidato del PRI –Ignacio Peralta–, denunció penalmente a Jorge Luis Preciado –y a otras cinco personas– por el delito de calumnia. Por su parte, Preciado respondió que la demanda es improcedente pues él –Preciado– no acusó a Peralta de haber atropellado a Santana Vírgen. De acuerdo con el panista, el propio Santana grabó y publicó el video en redes sociales. Por ello, en palabras de Preciado, la responsabilidad –y presunta calumnia–, no serían de él ni de su equipo.

Además, para completar el espectáculo mediático, Jorge Luis Preciado sugirió que José Manuel Santana estaría desaparecido. Incluso llamó a su contrincante –Ignacio Peralta–, a revelar el paradero de esta persona.

Por donde se vea, estamos ante una faramalla propia de un circo de tres pistas.

Por un lado, los panistas hacen eco a una acusación sin fundamento. Por otro lado, los priistas responden a los chismes con más chismes. Y es que ni los azules ni los tricolores echaron mano de evidencias sólidas, de declaraciones oficiales o de peritajes institucionales. Hasta ahora, tanto priistas como panistas han alimentado la hoguera de los rumores con grabaciones previamente editadas y señalamientos que carecen sentido.

¿Qué pasó con las negativas a la guerra sucia y la promesa de campañas profesionales? ¿será que estos políticos ya olvidaron que los colimenses van a votar por su próximo gobernador y no por el bufón de la aldea? ¿dónde quedan los proyectos y las ideas? ¿dónde están los debates reales? ¿qué ganan los colimenses con esta guerra de estiércol sin sentido? ¿acaso esperan –priistas y panistas– que en Colima voten por el menos peor? Así parece.