En diversos medios de comunicación se han difundido los nombres –y los antecedentes– de los 19 ocupantes regulares del auditorio “Justo Sierra” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según se sabe, luego de 16 años de ocupación, la gran mayoría de estos paracaidistas cuentan con averiguaciones previas en su contra –ya en el gobierno de la ciudad, ya en la Procuraduría General de la República–, y han sido vinculados con delitos como narcomenudeo, daño en propiedad ajena, amenazas y lesiones.
La pregunta es, si ya saben quiénes son, ¿por qué no los detienen?
En entrevista para La Otra Opinión, el ex diputado perredista Fernando Belaunzarán –quien egresó de la máxima casa de estudios–, señaló:
Uno. El Auditorio Justo Sierra –también conocido como Ché Guevara–, no lo ocupan universitarios sino paracaidistas.
Dos. Las autoridades universitarias hacen como que quieren recuperar el espacio pero, en realidad, no hacen nada.
Y tres. Es posible recuperar el auditorio sin abrir la puerta a las violaciones a derechos humanos o la represión.
Para Belaunzarán, el gobierno universitario ha adoptado una postura comodina al simular que pretende recuperar el auditorio pero al hacer muy poco para regresarlo al control de Rectoría.
Es así que el egresado de la UNAM exigió a los mandos universitarios a dejar de simular, a dejar de perder el tiempo, a dejar de poner pretextos y a recuperar el Justo Sierra –o Ché Guevara–, para que los estudiantes recuperen un espacio que, históricamente, sirvió como espacio de convivencia, de aprendizaje y expresión artística.
