Así extorsionan a venezolanos y colombianos en el AICM

 

En cientos de ocasiones hemos escuchado lo mal que tratan a los connacionales en Estados Unidos. Incluso, en días recientes hemos sido testigos del racismo desmedido de uno de los candidatos presidenciales estadounidenses al que hemos criticado con severidad.

Lo acusamos de grosero, racista, misógino, sin educación, miserable y despreciable, pero aquí somos igual o peor que Donald Trump.

Sí, como lo leyó, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) existe una red de criminales y vividores que se aprovechan de sudamericanos-específicamente de Venezuela y Colombia-, para estafarlos y abusar de ellos.

Lo exhibimos con un ejemplo:

La primer semana de febrero llegaron cuatro personas de origen venezolano a México y estuvieron retenidas por más de seis horas sin haber cometido un solo delito.

Al llegar, una persona -quien se identificó como personal de Migración-, les cuestionó el motivo de su vista y los días que iban a pasar.

Como si supieran de quién se trataba, el “personal de Migración” los retuvo en un cuarto y les dijo que se trataba de un control de rutina. Ahí empezó la extorsión, las amenazas, el abuso y el racismo.

Empiezan a trabajar su mente, les dicen que ni se les ocurra hablar entre ellos y que si hacen alguna llamada por celular serán remitidos ante las autoridades locales fincándoles responsabilidad por delitos contra la salud o tráfico de personas.

Al venir de Venezuela o Colombia, las personas se espantan ya que se tiene ese estigma de ellos en nuestro país.

Después de pasar el supuesto filtro de Migración llegan a una revisión con gente de la Aduana, que están coludidos con ellos para extorsionarlos. En otro espacio los retienen 2 horas más y es aquí cuando empieza la negociación.

Para evitar que los regresen a sus países, sólo por el simple hecho de venir a visitar, les piden cantidades que oscilan entre los mil y los 5 mil dólares. A los que pueden dar el dinero los dejan ir, pero a los que no, les regalan una tarjeta con datos de un “despacho jurídico” –sin especificar el nombre-, y un número telefónico.

De acuerdo con la versión de un testigo, la instrucción es: “Si quieres regresar llamas a este número, mencionas que Migración te regresó, pero que te recomendaron con ellos para poder pasar sin problemas la próxima vez, y ellos te solucionaran tu entrada”.

Así pasa con cientos de visitantes de diferentes países y nadie dice nada. Violan sus Derechos Humanos y no se escucha ninguna voz que los condene. Usan su poder para extorsionar y no vemos que ninguna autoridad investigue. Igual de detestable o peor de lo que nos hacen en Estados Unidos, pero en eso nadie se mete.

¿Conoces algún caso? ¿Quieres dar tu testimonio? Contáctanos.