ASCENSO Y CAÍDA DEL CONDUCTOR DE VOLKSWAGEN

El 2015 había sido un buen año para Martin Winterkorn, el ahora ex presidente de Volkswagen.

A principios de enero, el entonces consejero delegado de la VW, entregó cuentas formidables. Durante 2014, la empresa a cargo de Winterkorn vendió 10,14 millones de vehículos; el volumen de negocios llegó a los 202 mil millones de euros y las ganancias netas rozaron los 10 mil 800 millones de euros.

Meses después, el 25 de abril, Winterkorn arrebató la empresa a Ferdinand Piëch, nieto del fundador de Volkswagen e inventor del mundialmente célebre “vocho”. Para sorpresa de muchos, el consejo de la trasnacional respaldó a Winterkorn –luego de un desencuentro con el octogenario patriarca de la VW– y forzó la renuncia de Piëch.

Y hace días —el 2 de septiembre—, el mismo comité ejecutivo del consejo de Volkswagen decidió extender el contrato de Martin Winterkorn hasta el 31 de diciembre de 2018.

Todo iba viento en popa para el ejecutivo alemán.

Sin embargo, el pasado 19 de septiembre, la agencia de protección al medio ambiente de Estados Unidos acusó a Volkswagen de engañar a sus clientes.

De acuerdo con el gobierno americano, la VW habría instalado un software que regularía el flujo de emisiones de sus vehículos mientras estos pasan por las pruebas de rutina. No obstante, en condiciones normales, los automóviles generarían hasta 40 veces más contaminantes de los que marca la normativa. Los coches alcanzados por el escándalo serían las versiones de cuatro cilindros del Jetta, Beetle, Audi A3, Golf y Passat.

Según la normativa estadounidense, el engaño de Volkswagen se traduciría en una multa de más de 37 mil dólares por vehículo. Es decir –que si el escándalo, como dicen, incluiría a cerca de 482 mil vehículos vendidos en Estados Unidos–, las sanciones llegarían a los 17 mil millones de dólares.

Pero el asunto no termina ahí, en declaraciones recientes, la directiva de la VW reconoció haber instalado el software en 11 millones de vehículos que se distribuyeron alrededor del mundo. En otras palabras, que el problema es mucho más grande de lo que se piensa. No sólo se trata de sanciones y problemas legales con gobiernos de todo el planeta —como los de Italia, Corea del Sur, Francia y Reino Unido, que ya levantaron la voz—; además se habla de pérdidas millonarias para la Volkswagen. Y es que, a raíz del escándalo, la empresa ha frenado la producción de vehículos —incluida su planta en Puebla—, y sus acciones han registrado pérdidas por hasta 20 por ciento.

Acaso lo más curioso es que en marzo de 2014, el mismo Winterkorn anunció que la sostenibilidad y la flexibilidad serían los ejes sobre los que giraría la estrategia de la VW. Es decir, que reducirían un 25 por ciento las emisiones de bióxido de carbono de sus vehículos.

El caótico escenario apagó el brillo de la estrella ascendente de Martin Winterkorn.

A pesar de haber reaccionado con rapidez —la directiva de VW emitió un comunicado a las pocas horas de que estalló el escándalo—; a pesar de haber reconocido la instalación del software; a pesar de haber anunciado una investigación minuciosa e incluso de haber ofrecido disculpas públicas por haber “traicionado la confianza de sus clientes y de los ciudadanos en general”, hace unas horas se confirmó la renuncia de Martin Winterkorn.

El hombre que llevó a Volkswagen al número uno de ventas a nivel mundial; el hombre que derrotó al patriarca de la VW —quien además fue su mentor—; el hombre que recientemente fue cobijado por el consejo directivo con un contrato por otros tres años; ese hombre se fue en medio del escándalo y del desprestigio.

El 2015 había sido un buen año para Martin Winterkorn, sin embargo, errores propios y ajenos lo enviaron de los cuernos de la luna a la hoguera pública.

Y en medio del escándalo, las preguntas son, ¿qué sigue? ¿quién pagará el costo por el fraude de Volkswagen? ¿cómo reaccionarán los gobiernos de todo el mundo? ¿quién responderá por los daños en la salud de millones de personas? Y quizá más importante, ¿cuál es el tamaño real del problema? ¿algún día los sabremos?