Aquella visita oficial del Presidente a Roma

Mañana del sábado 7 de junio de 2014. Las cosas marchaban muy bien para el joven presidente; el Pacto iba en caballo de hacienda, la economía marchaba bien con sus asegunes, no había nada de lo que ocurrió después, como Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato, ni la crisis económica de hoy, además de los precios del petróleo.

Los tiempos cambiaron. Los tiempos siempre cambian. “Todo cambia“, dice Violeta Parra.

En ese contexto se dio la reunión con el presidente y el papa americano.

La reunión privada duró sólo 25 minutos; nada que ver con otros jefes de Estado que han durado mucho más. Pero en 25 minutos se pueden decir muchas cosas: en ese tiempo hablaron de migración, lucha contra la pobreza, la violencia en México, el impacto del narcotráfico, y más.

Es evidente que a Francisco le cae bien el presidente mexicano, ya se habían saludado antes.

Minutos antes, ambos jefes de Estado se saludaron en la Sala del Troneto, la antecámara de la biblioteca, donde dialogaron en privado. EPN  exclamó: -“Mucho gusto en saludarle, es un placer verle en una ocasión especial como ésta”.

-“Bienvenido” -le respondió el papa Francisco con su sonrisa habitual.

De inmediato, pasaron a la biblioteca y se sentaron ante un gran escritorio de madera.

Ahí el presidente mexiquense dijo: “He querido hacer una visita especial a usted con varios propósitos que ahora le comentaré”. En ese momento, los periodistas y fotógrafos salieron de la sala.

En la reunión privada, también abordaron las “numerosas reformas emprendidas” en México; en especial, la reforma constitucional que concierne a la libertad religiosa. Particularmente, las reformas al artículo 24 Constitucional.

Parte de estos asuntos también fueron abordados durante otra audiencia – privada, también- que el presidente mantuvo con el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin –hombre que conoce muy bien México debido a que fue secretario particular del otrora nuncio Girolamo Prigione-, quien estuvo acompañado por el responsable para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Dominique Mamberti.

En esa reunión participaron también el Canciller José Antonio Meade y el embajador mexicano ante la Santa Sede, Mariano Palacios Alcocer.

Debemos reconocer el trabajo del queretano para esta visita.

Los regalos: es un mensaje subliminal.

El Presidente Peña le regaló al papa la camiseta de la Selección Mexicana de fútbol que se usaría en el Mundial de Brasil. “Ahora que está de moda, le queremos obsequiar la casaca de la selección para que sepa que en México nos ponemos la camiseta”, le dijo, mientras le mostraba la playera color verde firmada por los jugadores del equipo tricolor.

Francisco agradeció con una sonrisa. Como sabemos, al jesuita le gusta el futbol, pero él no es hincha de los mexicanos sino de la selección de Argentina; y, sobretodo, del San Lorenzo de Almagro.

Y tras el coloquio privado, el presidente presentó al papa a los miembros de su comitiva, compuesta por unas 20 personas; obviamente, iba su señora esposa, Angélica Rivera, los 3 hijos de su anterior matrimonio – Sofía, Fernanda y Regina Peña Pretelini-; su hermano, su sobrina y 17 funcionarios.

Entonces se acercaron a una mesita cercana donde se encontraba la playera mexicana y otro obsequio adicional, que Peña Nieto pensó muy bien. Era una figura de la Virgen de Guadalupe de unos 40 centímetros de alto y tallada en madera.

“Es la reina de México y emperatriz de América”, señaló el presidente, quien sabe muy bien que ese regalo sería muy apreciado.

A cambio Jorge Mario Bergoglio, le ofreció al presidente mexicano un gran medallón y le explicó que contenía la imagen de la Plaza de San Pedro antes de ser concluida en su construcción.

“Me permito regalarle un ejemplar de la exhortación apostólica. Acá encontrará varias partes, toda una parte dedicada al tema social. Yo se la doy, por si le sirve”, dijo el papa al entregar un ejemplar de su documento programático “Evangelii Gaudium” (La alegría del evangelio).

¡Claro que me servirá!, apuntó Peña Nieto, antes de recordarle: “México le quiere y le respeta, Su Santidad, muchas gracias”.

Francisco fue entregando en mano a cada uno de los miembros del grupo un rosario; ellos le fueron saludando y saliendo de la sala.

¡Ah! Y cuando iban dirigiéndose a la salida, EPN se adelantó y comenzó a presentar, él personalmente, a otras personas que lo acompañaban en un pequeño grupo de periodistas.

Al final se disculpó: “Perdón –su santidad- por el atrevimiento y por romper el protocolo. Usted lo rompe muchas veces y yo sigo su ejemplo”.

El papa le sonrió asintiendo con la cabeza.

Inmediatamente después, el presidente de la república bajó un piso en el Palacio Apostólico para reunirse, también en privado, con Pietro Parolin, el poderoso secretario de Estado y quien puede ser papa.

Más tarde, el presidente asistió a una comida en su honor que le brindó el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, cardenal piamontés Giuseppe Bertello, quien curiosamente fue nuncio en México durante siete años y le tocó operar la quinta y última visita de Juan Pablo II a nuestro país; era presidente Vicente Fox,

La nota de la Visita Oficial a Roma de EPN fue la invitación que el presidente  le hizo a México.

La respuesta fue inmediata, le dijo que sí!

Después vino un mensaje del presidente mexicano a los medios:

“Quiero brevemente compartir con ustedes el resultado de esta visita oficial que he realizado al Estado Vaticano y en el encuentro que he sostenido con Su Santidad el Papa Francisco I. (Sic, será Francisco Primero cuando haya un segundo no antes).

“En primer lugar, el primer propósito de esta visita era formularle una amable invitación para que visite nuestro país, en nombre de México, a la que gentilmente ha aceptado, visitar nuestro país, sin que hubiese determinado fecha.

Él ha aceptado la invitación y ha dejado ser consideración del momento en la que eventualmente esta visita se haga a México, pero sin duda, esto es motivo de gran alegría.

Le he expresado que el pueblo de México es, en su gran mayoría, un pueblo católico, a lo que por cierto él ha respondido que es católico, pero es especialmente guadalupano.

Y que él tiene un especial cariño para con el pueblo mexicano.

Y que a partir de haber aceptado la invitación, seguramente él encontrará el espacio para poder personalmente hacer sentir el aprecio y el afecto que tiene para con el pueblo de México.

Tuve oportunidad en esta Visita Oficial, y de acuerdo al Protocolo que se ha seguido de, en esta con versación privada que sostuve con él, reafirmar el interés del Gobierno de México por mantener una relación de respeto, de cordialidad con el Estado Vaticano.( Sic. Es la Santa Sede la figura jurídica que mantiene relaciones diplomáticas con México).

“De reafirmar que México es un Estado laico que no significa un Estado antirreligioso, sino todo lo contrario, un Estado en el que se preserva y se respeta la libertad de credo, de culto y que el Gobierno está para ser garante de este derecho que consagra nuestra Constitución.“

Dijo el Presidente entonces que compartió con el líder religioso lo que México está haciendo “para impulsar el desarrollo social de nuestro país, la atención particularmente a los sectores menos favorecidos, las zonas de mayor rezago social, tema que para él es un asunto de gran preocupación, el combate a la pobreza, la marginación.“

Hablaron del tema de los migrantes, de la reforma educativa, la energética, etcétera..

“En la reunión, sobre todo, que tuve por aproximadamente, casi media hora, en donde abordamos los temas que ya les he referido, pero con esta importante noticia que ha aceptado la invitación para visitar nuestro país en la fecha que él habrá de determinar y que, seguramente, comunicará en el momento oportuno.“

Y el momento oportuno llegó.

La noticia nos las dio la periodista Valentina Alazraki, en exclusiva para el programa Primero Noticias, que conduce Carlos Loret de Mola.. Eran justamente

http://noticieros.televisa.com/mexico/1510/papa-francisco-viene-mexico/

Más tarde el vocero papal Federico Lombardi  la confirmó, sin ser oficial, dijo. Y es que todavía no hay agenda.

Leí varias notas en los medios electrónicos con la noticia, y muy pocos le dieron el crédito a Valentina; con todo respeto, es una tacañería de nuestros colegas, pero, bueno, así es esto.

De hecho, fue Valentina la primera periodista –la única- mexicana que ha entrevistado largamente al papa Francisco.

Recuerdo aquella noche del jueves 12 de marzo de 2015 cuando Televisa difundió la entrevista (gran entrevista)

Le dijo “Papa Francisco, ante todo, un millón de gracias, aunque llevo muchos años aquí, es la primera vez que me siento frente a un Papa para hacer una entrevista formal”.

¡Qué miedo!

Y le preguntó directo, nerviosa:

-¿Cómo es posible que Usted no nos visite este año (2015)?-,  Había mucha esperanza de que Usted viniera en septiembre…”.-,

La respuesta textual fue muy parecida a la reciente en el vuelo a Washington DC: -“Yo pensaba hacerlo, porque quería entrar en los EU por la frontera mexicana. Pero, si yo iba a Ciudad Juárez, por ejemplo, y entraba desde ahí, o a Morelia, y entraba desde ahí, se iba a armar un poco de barullo: ¡Cómo va ahí y no viene a ver a la Señora, a la Madre! Además, no se puede visitar México de a pedacitos. México requiere una semana. O sea que yo prometo un viaje a México como se lo merece y no a la apurada y de paso. Por eso decidí no entrar por México”.

El papa vendrá a México quizá en la primavera, por la Cuaresma – a él le gusta- : seguramente irá a otro país –antes o después- y, acá entre nos, me late que será Colombia.

Francisco está muy al pendiente de los diálogos de paz entre las FARC y el gobierno colombiano. Basta leer el mensaje que envió a las partes aquella mañana del domingo 209 de septiembre desde la Plaza de Revolución de Cuba; Francisco está cerca de las negociaciones de la FARC. Curiosamente, se prevé que se llegué a un buen arreglo en marzo de 2016.

Será la séptima vez que un papa visite a México.., Juan Pablo II lo hizo 5 veces y Benedicto XVI, una: Guanajuato.

Obviamente hay muchas reacciones de su esperada visita.

Se sabe que irá a la Basílica,  no podía dejar de hacerlo; quizá vaya a la frontera -Ciudad Juárez- y a Morelia.

Los comentarios son positivas. Incluso, hay ya una invitación para que visite el Congreso, algo que siempre he planteado pero que parecía un sueño.

Y los sueños se cumplen.

Hace unos días estuve en un programa de radio con Jorge Fernández Menéndez y también en uno en la Televisión con Pablo Hiriart: y ambos me preguntaron que si la visita del pontífice a Cuba y a EU había sido la mejor.

Le dije que sí, que había sido un éxito, pero que la mejor sería en 2015 cuando viniera a México.

¿Imáginate, Jorge, una visita de Francisco al Congreso?

Esperemos que así sea.

El papa dará sorpresas. Siempre nos sorprende. Hay varios temas en la agenda, y obviamente será política aunque la visita sea pastora.

¡Bienvenido a México, señor Jorge Mario Bergoglio!