Antidemocrático el trato VIP a famosos

Cuando el Estado mexicano llamó a declarar a la actriz Kate del Castillo, la señora no acudió a la cita.

Cuando se confirmó que del Castillo fue cómplice del Chapo Guzmán y que, incluso, habría intentado hacer negocios con él, la actriz guardó silencio.

Y ahora que la autoridad hace su trabajo, trata de investigar y llama a Kate del Castillo para que ofrezca su versión de los hechos; la señora dice que el Estado pretende destruirla.

¿Será, acaso, que para la señora del Castillo no existe la posibilidad de que el gobierno simplemente quiere –y requiere–, hacer su trabajo?

¿Será, acaso, que para la actriz no es evidente que sus acciones quebrantaron la ley y es necesario que pague las consecuencias?

Por donde se vea, estamos ante un fenómeno que ocurre en todos los ámbitos de la vida política y social mexicana. Es decir, el trato VIP a los famosos.

Y es que ya en un restaurante, en un club nocturno y, ahora, en los procedimientos legales; estamos acostumbrados a ofrecer un trato de excepción a las personas “famosas”. Y este tipo de prácticas –de suyo discrecionales–, hacen mucho daño.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor José Fernández Santillán –analista político–, explicó que el trato de excepción a los famosos daña al Estado de derecho y atenta contra el principio de equidad; pues bajo las leyes mexicanas, todos somos iguales.

De este modo se confirma lo que publicamos en el Itinerario Político del domingo 24 de enero:

“En México, la fama es el mejor pasaporte para la impunidad total. ¡Valiente democracia mexicana que persigue y tiene en prisión a muchos que aparecieron en fotografía con algún criminal –a otros que la autoridad presume lavan dinero–, pero regala impunidad para famosos que –por la fama–, son intocables.

Ese brebaje llamado “fama” hace creer a “los famosos”, que poseen superioridad ética, moral y legal que les permite cometer todo tipo de trapacerías, delitos y exhibir todo tipo de conductas antisociales y que –en ellos–, deben ser aplaudidas “porque son famosos”.

Los hechos recientes son otro ejemplo de esa supuesta superioridad moral que otros aplaudieron, a pesar de que en la práctica no es más que un acto de complicidad criminal que ya la PGR investiga, debe probar y castigar”.