Este jueves, el presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, oficializó su proyecto legislativo para llevar a cabo un debate mensual entre los líderes de los partidos políticos.
Hace algunos días, el panista adelantó que impulsaría una ley para que los presidentes de las agrupaciones partidistas aparezcan –una vez al mes– en medios electrónicos a discutir asuntos de la agenda nacional.
Sin embargo, lo que Ricardo Anaya no explica es que, en el fondo, lo que el panista persigue es apuntalar su campaña presidencial.
Es decir, que estos debates serían sólo pretextos para que Anaya –al igual que Basave, Obrador, Beltrones y otros–, aparezcan en los medios de comunicación y su imagen se difunda en los tiempos que corresponden al Estado. O si lo prefiere, campaña adelantada y gratuita.
Sin duda, resulta positivo que los líderes políticos debatan, discutan y atiendan los temas de coyuntura.
No obstante, se antoja indignante que algunos políticos –como Ricardo Anaya– pretendan hacer campaña con recursos públicos.
Y lo que es peor, a Ricardo Anaya se le olvida que la ciudadanía ha demostrado su hartazgo hacia los políticos. Por ello, sólo queda preguntar, ¿realmente servirá de algo que los líderes de los partidos se sienten a debatir? ¿no será que esta jugada terminará por desencantar a la ciudadanía harta de los políticos? ¿sabrá Ricardo Anaya lo que pide?
